La chilena que ejerce en la urgencia de Clínica Mayo en EE.UU. y combate la adicción a los opioides

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María Fernanda Bellolio no solo ejerce como médico de la reconocida clínica, sino también hace investigación y combate una de las peores adicciones que enfrenta este país.


Desde fines de 2005, María Fernanda Bellolio vive en en Minnesota, Estados Unidos. Ya lleva 14 años en este país, creó una familia y por ahora no tiene intenciones de regresar al país.

A más de nueve mil kilómetros de Santiago, la hermana del diputado Jaime Bellolio, reparte su tiempo entre la urgencia de Clínica Mayo y los trabajos de investigación que realiza en el mismo centro.

Hace algunos años fue destacada con el premio Mayo Brother´s Distinguished, el máximo galardón que entrega esta institución y la primera vez en la historia que un médico especialista de urgencia lo obtiene.

"Me gusta la medicina de urgencia. En Estados Unidos todo el entrenamiento es para que podamos atender a todos los pacientes y en cualquier lugar. No necesitamos siempre un médico especialista, somos capaces de resolver la gran mayoría de los problemas y en Clínica Mayo, se hace medicina de calidad. Todos lo que están ahí buscan lo mejor para el paciente no para el médico y eso es una ventaja", dice.

La adicción a los opioides

Otra de sus preocupaciones es la gran cantidad de opioides que consume la población en ese país, algo que en Chile todavía no se ve.

"Cada día, más de 130 personas en EE.UU. muere después de una sobredosis de opioides. El uso indebido y la adicción a los opioides, la heroína y los opiáceos sintéticos como el fentanil, son una grave crisis nacional que afecta la salud pública y el bienestar social y económico. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en Estados Unidos (CDC) estiman que la carga económica del uso indebido de opiáceos con prescripción médica, es de 78 mil millones de dólares al año, incluidos los costos de atención médica, pérdida de productividad del individuo, tratamiento de la adicción y participación de la justicia penal", reconoce.

El mayor motivo por el que las personas comienzan a utilizar opioides es a causa del dolor crónico. "Cada vez que una persona usa una droga, tiene riesgo de utilizarla en el largo plazo. El problema es que cualquier persona que toma un opioide, prescrito no prescrito, tiene riesgo de desarrollar una adicción. Tiene que ver con una historia personal y con el tiempo que la haya utilizado. Las personas que tienen adicción a otras cosas por ejemplo los fumadores y alcohólicos, tienen más riesgo de hacer adicción a otra droga. Además, a mayor tiempo de utilización, más riesgo también de desarrollar adicción", indica.

En los pacientes con dolor, explica Bellolio, lo ideal es comenzar con paracetamol o ibuprofeno o algún tipo de

antiinflamatorio no esteroidal. "Si a pesar de eso el dolor no se pasa, uno podría usar por un tiempo corto opioides, lo importante es que el opiode debe ser utilizado por un tiempo corto y lo mínimo necesario para calmar ese dolor. Cinco días es un tiempo corto".

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