Stefan Kaegi: “Rara vez tratamos de inventar nuevas tecnologías, pero nos gusta inventar nuevas formas y formatos para estar juntos”

El reconocido director suizo regresa al Festival Santiago a Mil 2021 junto al colectivo alemán Rimini Protokoll y un ciclo de cinco de sus obras: una de ellas es la escalofriante Uncanny Valley, que se presenta hasta el 15 de enero con un robot idéntico al autor de la misma obra como protagonista.


La idea fue suya: proponerle a un hombre, a un famoso dramaturgo, que una réplica exacta de sí mismo subiera a un escenario junto a él. La imagen se le había venido a la cabeza algunos años antes al director suizo Stefan Kaegi: “Había visto humanoides en los museos de Europa y quedé fascinado con ellos. Sin embargo, sentí que el poder de un encuentro en el teatro en el que estás expuesto al robot como artista podría ser mucho más fuerte”, cuenta desde Alemania.

“En algún momento me encontré con el libro de Thomas Melle, El mundo en mi espalda, y sospeché que podría tener interés en reemplazarse a sí mismo para evitar inestabilidades resultantes de su bipolaridad –prosigue–. Él escribió ese increíble libro donde habla honestamente sobre su bipolaridad, de una manera muy filosófica. Y cuando empezamos a hablar de reemplazarlo en la esfera pública se mostró muy interesado, ya que esto le permitiría superar ciertas inestabilidades que vive quizás con más fuerza que otras personas”.

Fruto de esa alianza creativa es Uncanny Valley, montaje que desde este jueves 7 y hasta el 15 de enero se presenta en el GAM con un moderno y deslumbrante intérprete animatrónico sobre el escenario. Su estreno local forma parte del Foco Rimini Protokoll de la XXVIII edición del Festival Internacional Santiago a Mil 2021, en el que además se podrán volver a ver en Chile las ya estrenadas App Recuerdos y Remote Santiago, junto a los estrenos virtuales de Call Cuta y Temple du présent: Solo para un pulpo.

El interior del robot y protagonista de Uncanny Valley fue creado por Chris-Creatures, un pequeño taller de animatrónica en Berlín. “Construyeron todo el exoesqueleto e instalaron los 32 servomotores mientras que la piel de silicona y los pelos y las manos se producían en el taller de máscaras de Kammerspiele München. De hecho, hacerle caminar habría sido una historia completamente diferente. Afortunadamente, para el propósito de una presentación en un teatro no necesitábamos esas características”, comenta el director.

El robot sube a escena en lugar del autor del texto para proponer preguntas como: ¿qué significa para el original saber que su réplica puede hacer su trabajo? ¿El doble electrónico ayuda al original a conocerse mejor a sí mismo? ¿La copia y su original compiten o se ayudan entre sí? Kaegi es quien responde ahora.

-¿Qué simboliza hoy para ti esta duplicación de nosotros mismos, gracias al progreso tecnológico?

“La actuación es, para mí, sobre la empatía. No podemos evitar sentir empatía con esta máquina cuando nos reflejamos en él (¿o en ella?). Y precisamente este mecanismo de empatía en nosotros es uno de los muchos “programas” humanos que me hacen dudar de dónde está el límite entre un robot y nosotros. ¿Qué tan libre es nuestro libre albedrío?”.

-¿Ves en esto último, en el avance tecnológico, una amenaza o una oportunidad?

“Probablemente todos tratamos de hacernos más eficientes, menos frágiles. Queremos olvidarnos menos y vivir más. Y todos confiamos en la técnica y la medicina para avanzar más en ese callejón. Ahora, ¿dónde está el límite? El caso de los bots, por ejemplo: cada vez tratamos más con ellos, y es posible que alguien incluso haya escrito un algoritmo que responda a este tipo de entrevistas, y sería difícil demostrar que no fui yo quien respondió a tus preguntas”.

El uso de la tecnología en términos creativos fue y sigue siendo un motor de búsqueda para varios creadores de todo el mundo durante la pandemia. Kaegi ya lo había incorporado a sus obras como un impulso creativo que se manifiesta también en cada una de sus puestas en escena. Tal es el caso de Call Cutta, una experiencia virtual a la que el director y su compañía han llamado una “videoconferencia intercontinental sobre subcontratación y telemarketing”, en la que el público interactúa virtualmente con trabajadores de call center.

El espectáculo se presenta vía Zoom el sábado 16 de enero a las 12.00 y 15.00 horas, y el domingo 17 solo al mediodía.

-¿Cómo crees que la tecnología puede revolucionar y redefinir conceptos como arte, creación y autor?

“A menudo trabajamos con codificadores que crean software para producciones particulares en las que estamos interesados, por ejemplo, en interacciones de audiencia individualizadas. Rara vez tratamos de inventar nuevas tecnologías (la industria de tecnología financiera es mejor en eso), pero nos gusta inventar nuevas formas y formatos para estar juntos”.

También regresas a Santiago a Mil con App Recuerdos y Remote Santiago, dos espectáculos de calle que regresan a Santiago en momentos en que caminar por la calle parece “una amenaza”. ¿Qué significado tiene para ti que se presenten hoy?

“En realidad, caminar al aire libre representa una amenaza mucho menor que entrar en un teatro y sentarse uno al lado del otro. Es por eso que el invierno está haciendo que la segunda ola sea un problema en Europa. Caminar al aire libre en situaciones en las que eliges qué tan cerca o lejos caminan parece la manera perfecta de disfrutar del arte en estos días”.

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