Techos verdes o techos grises, ¿qué prefiere?

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Las azoteas o quinta fachada de los edificios se caracterizan en Chile por ser lugares más bien grises con escaso equipamiento y subutilizados, a diferencia de lo que ocurre en algunas ciudades mejor planificadas, donde estos espacios cumplen una función visual, ambiental y comunitaria, relevante para los ciudadanos.

Chile, con sus propios énfasis y realidades, tiene que seguir por este camino. ¿La razón? La densificación equilibrada de las ciudades debe avanzar en forma sistémica, es decir, de la mano de diversas medidas que mejoren la calidad de vida de las personas que viven en ellas, aportando donde sea posible mayores áreas verdes. También abriéndose a nuevas tecnologías y a la creatividad del diseño arquitectónico y urbanístico.

Esta es una de las razones que llevó al Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), con el valioso aporte de diversos actores de la sociedad, a retomar la norma que promueve el desarrollo de techos verdes. Para ello se modificó, en diciembre, la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC), a través del Decreto Supremo N°58 publicado en el Diario Oficial el pasado 28 de febrero.

Este cambio normativo establece, entre otras medidas, que un máximo del 25% de la azotea se podrá destinar a construcciones abiertas con cubiertas livianas, como quinchos, y el 75% restante a terrazas, vegetación o paneles solares, entre otros elementos. Este espacio se podrá usar en su totalidad, si los proyectos nuevos así lo contemplan, beneficiando de esta forma a todos sus residentes con la revitalización de los espacios comunes.

La norma previa era más bien restrictiva para los tiempos actuales, en los que tenemos que estar en línea con los objetivos de la actual Política Nacional de Desarrollo Urbano. En ella se plantea la necesidad de valorar el aporte de la vegetación en el ecosistema urbano, propiciar la construcción sustentable, y fomentar la eficiencia energética en los asentamientos humanos.

La nueva regulación, sin duda, será un estímulo para que en el futuro cercano se masifiquen los jardines, huertos urbanos, y las tecnologías renovables no contaminantes –al permitir un mayor porcentaje de ocupación de paneles solares- medidas valoradas y esperadas por todos los ciudadanos cada vez más preocupados por los efectos del cambio climático global.

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