José Manuel Palacios, alcalde de la Reina: "No tendría armas en mi casa"


Disparé por primera vez hace un par de meses. Fui a la Policía de Investigaciones e hice el ejercicio de disparar a un estanque de agua para conocer todas las partes técnicas del peritaje balístico. Nunca antes lo había hecho: habré disparado postones o pistolas de juguete como diversión, pero de fuego, no. No tendría armas en mi casa.

Una de las razones por las que soy alcalde tiene que ver con el afiche desnudo. Logramos romper los esquemas a través de un mensaje potente, gráfico. Chocaba bastante en un primer momento, pero la gente se tomó ese minuto para mirar, conocer al personaje y saber lo que hay detrás. La foto me la saqué en un galpón, en invierno, así que hacía mucho frío.

Toda mi infancia pasé mis cumpleaños celebrándolos sin luz, con puras velas. Nací un 11 de septiembre, pero, aparte de las noticias y de acciones de protesta, era muy niño cuando eso pasaba, así que son imágenes más bien puntuales. En términos generales, tengo cumpleaños como los de todos los demás.

Es raro un UDI en la Usach. Era como el alumno extranjero en un colegio, que llama la atención porque habla otro idioma. Nunca me trajo problemas con mis compañeros y nunca tuve una discusión política en la universidad, porque tampoco estaba el espacio para hacerlo. Los partidos internos se peleaban quién era el partido más de izquierda. Nadie se peleaba el centro, el centro era malo.

Soy cinturón negro en kickboxing. Para mí, ir al gimnasio y hacer pesas o trotar es una lata. Jugaba mucho tenis también, pero es un deporte muy dependiente de tu rival. En el kickboxing se hace mucho énfasis en la preparación física, la técnica y la disciplina. Me manejo bien, domino la disciplina, tengo un buen nivel, pero no competitivo.

A los 19 años tuve un accidente en el que pude perder la pierna. Andaba mucho en moto, competía y entrenaba cuatro horas diarias. Iba a cerros y caía encima de espinos, chocaba con árboles, pero no había tanto problema. Un día, camino a la casa de un amigo en Rapel, en una curva me encontré con una moto de frente y desencadenó en un accidente con fractura de tibia y peroné.

José Antonio Kast sería un gran Presidente de la República. Es un gran político, valiente y muy validado por la ciudadanía: no es fácil obtener los resultados que él tuvo en las elecciones presidenciales pasadas, prácticamente sin apoyo de ningún partido político fuerte dentro del país. Es una persona con la que coincidimos en muchas cosas y nos distanciamos en otras. Él es más conservador que yo, pero coincido con muchos temas valóricos que él defiende.

Fue una decepción no entrar a la Fuerza Aérea. Mi padre es piloto, me crié en el club aéreo y siempre tuve esa inquietud de volar. No me motivaba el curso de aviación civil, porque crecí arriba de los aviones, entonces era como andar en auto. Me motivaba mucho más la aviación deportiva, más vinculado a los aviones de combate.

Le tengo miedo al feminismo más radical. Deja ver medidas en contra de los hombres más que a favor de la mujer. Todos los extremos son malos. El machismo que ha predominado en gran parte de la historia de este país es malo y tenemos que avanzar en pos de la igualdad de las mujeres y los hombres en todo: términos laborales, deportivos y profesionales.

Me siento el doble oficial de Sandro. Tengo una cercanía especial con su vibración. Canto igual: me cuesta distinguir cuando estoy escuchando mi voz y la de Sandro. Admiro mucho también la figura de Zalo Reyes, es un ícono muy particular chileno. Canto sus canciones en actividades y tengo mis admiradores.

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