Operación Huracán: Los intensos días de Bruno Villalobos

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Cercanos al general director de Carabineros sostienen que -al tratarse de un viaje de una semana- no dimensionó que su salida del país iba a acrecentar la crisis que ya afectaba a su institución. En Santiago, Villalobos admitió en privado que había cometido un error.


El ministro (s) del Interior, Mahmud Aleuy, no lo podía creer. El domingo 28 de enero -temprano en la mañana- quiso comunicarse con el general director de Carabineros, Bruno Villalobos, para abordar el delicado enfrentamiento que esa institución sostenía con la Fiscalía por la llamada Operación Huracán.

Pero -a través del subdirector de Carabineros, Julio Pineda- se enteró de que Villalobos se encontraba fuera del país.

Según se le explicó a Aleuy, el jefe policial había dejado el viernes 26 en la institución el oficio que informaba de sus días de descanso. El documento iba destinado al Ministerio del Interior, pero recién llegaría al despacho de Aleuy el lunes 29.

El ministro (s) ordenó contactar a Villalobos, pero el general director ya se encontraba con su esposa en un crucero en Miami que estaba destinado a durar siete días. Su regreso a Chile estaba fijado para el viernes 2. El enlace no fue fácil, pero al concretarse varias horas después Aleuy exigió al uniformado su regreso inmediato.

Villalobos pisó suelo chileno vestido de civil el miércoles 31 a las 8:45 horas en medio de duros cuestionamientos transversales que exigían su salida del cargo.

Cercanos al general director sostienen que -al tratarse de un viaje de una semana- no dimensionó que su salida del país iba a acrecentar la crisis que ya afectaba a su institución. En Santiago, Villalobos admitió en privado que había cometido un error.

El jefe policial llegó a La Moneda cerca de las 12.00 de ese mismo día tras sostener una reunión con su equipo de asesores en la Escuela de Carabineros. En la sede de gobierno, Villalobos sostuvo dos reuniones: la primera fue con Aleuy. La segunda, con el ministro del Interior, Mario Fernández, quien también debió poner término anticipado a sus vacaciones.

Ambas autoridades habían encarado la conversación con el uniformado de manera similar. La orden fue que se debía dar celeridad a las investigaciones internas de la institución y -para tranquilidad de Villalobos- se le transmitió que la única verdad para el Ejecutivo sería la que entregaran los Tribunales de Justicia.

El fantasma de una petición de renuncia -que aseguraron en el gobierno nunca estuvo sobre la mesa- se había disipado.

Quienes conocieron los pormenores de la conversación que el general director sostuvo con Fernández y Aleuy aseguraron que Villalobos defendió con firmeza la postura de Carabineros en su enfrentamiento con la Fiscalía y reafirmó que todo lo realizado en el marco de la Operación Huracán era estrictamente legal.

Tras la cita, el general director almorzó con el Alto Mando de Carabineros a quienes les informó los detalles de su encuentro en La Moneda y les comunicó que se trasladaría a Temuco para mejorar los ánimos que por estos días vive la institución en La Araucanía.

Ya en la zona, Villalobos visitó a las Fuerzas Especiales de la región ante quienes destacó su labor y la importancia que tienen para el país.

En el entorno del alto uniformado sostienen que éste está tranquilo, pese a la presión pública que existe sobre la institución y sobre él mismo desde que las acusaciones de manipulación de pruebas en La Araucanía se sumaron a la indignación provocada por el megafraude de platas fiscales que afecta a Carabineros.

Esa tranquilidad -sostienen- se basa en que apenas desatado, el jueves 25 de enero, el escándalo por las imputaciones de la Fiscalía a la entrega de pruebas manipuladas en el marco de la Operación Huracán, Villalobos se comunicó directamente con los oficiales de Inteligencia de Carabineros de La Araucanía, Patricio Marín y Leonardo Osses.

La pregunta fue una sola: "¿Estamos cien por ciento seguros de que tenemos la razón?", habría espetado el general director.

Y la respuesta había sido contundente: la investigación se había desarrollado dentro de los marcos legales. Ningún mensaje había sido implantado a los celulares que se entregaron como pruebas al Ministerio Público.

Esa misma tarde, Villalobos llamó a reunión al director de Inteligencia de la institución, general Gonzalo Blu. Ambos sostuvieron una extensa conversación que se prolongó hasta pasadas las tres de la madrugada del viernes donde se definió la declaración de tres carillas que leyó Blu horas después en el auditorio de la Escuela de Carabineros y en la que acusó a la Fiscalía de "amparar" a quienes se han "dedicado a causar miedo en regiones del sur del país".

Al día siguiente el jefe de la policía tomó un avión con rumbo a Miami.

Esa misma postura -aseguran sus cercanos- es la que Villalobos sostuvo ante el fiscal Carlos Palma, quien indaga la supuesta obstrucción a la investigación en la Operación Huracán y ante quien declaró el viernes 2 en la Escuela de Carabineros acompañado de uno de los abogado de la institución, Gonzalo Parra.

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