Revista Que Pasa

La cruzada

El séptimo de los hijos de Manuel Cruzat Infante se transformó en el inesperado adversario de la fusión LAN-TAM. La decisión del TDLC de acoger la consulta de un grupo de consumidores -algo inédito en este tipo de operaciones- dejó varios heridos en el camino. Ésta es la historia de cómo Gonzalo Cruzat Valdés logró poner en jaque el destino de la transacción más bullada del último tiempo. <br>

El sol pegaba fuerte la tarde del lunes 27 de diciembre. Eran pasadas las 15.00 horas cuando Ernesto Benado y Hernán Calderón -director y presidente, respectivamente, de la Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios de Chile (Conadecus)- llegaron a las oficinas del diario electrónico El Mostrador, en Providencia. Allí los esperaban los abogados Federico Joannon -fundador del medio online-, Gonzalo Cruzat Valdés y Miguel Ángel Fernández, este último de CB Corredores de Bolsa.

La cita tenía sólo un punto en tabla: unir fuerzas contra la fusión que LAN y la brasileña TAM negocian desde 2009, y que a partir de agosto pasado analiza la Fiscalía Nacional Económica (FNE).

El socio de El Mostrador conocía a Gonzalo Cruzat (37) desde 2009. Los había presentado su hermano Manuel Cruzat, quien desde hace años libra una cruzada a favor de la libre competencia y la defensa de los accionistas minoritarios. Ambos son hijos del empresario Manuel Cruzat Infante, quien fuera cabeza de uno de los principales grupos económicos a principio de la década de los 80.

"Gonzalo nos transmitió su inquietud sobre la fusión LAN-TAM. Le preocupaba que el proceso avanzaba sin la intervención de los posibles afectados y que el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) no hubiera sido consultado", recuerda Benado.

En la reunión, Gonzalo contó que planeaba presentar una solicitud al TDLC sobre la unión de ambas aerolíneas. "Nos preguntó si nos queríamos sumar a la causa", cuenta Benado. Los representantes de Conadecus no lo pensaron. Según ellos, previo al proceso de fusión LAN-TAM existía un acuerdo tácito con la FNE, en el que ésta les pedía su opinión cada vez que analizaba grandes operaciones. Pero en este caso, reclaman, nadie se había contactado con ellos.

Gonzalo Cruzat le ha dicho a sus cercanos que a él también le preocupaba que la operación se realizara de forma poco transparente. Por eso le propuso a Joannon sumar a Conadecus y planificar una acción conjunta.

Los dirigentes de los consumidores aceptaron sumarse al plan. Incluso plantearon hacer algo más agresivo, como una denuncia ante el TDLC. Cruzat no estuvo de acuerdo. En su opinión, esa medida sólo lograría una multa contra la empresa chilena, en caso de culpabilidad. En cambio, argumentó, el mecanismo que él proponía permitiría conocer los fundamentos de la transacción, y, de esta forma, transparentar todas las aristas del caso.

"Gonzalo nos transmitió su inquietud sobre la fusión LAN-TAM. Le preocupaba que el proceso avanzaba sin la intervención de los posibles afectados y que el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) no hubiera sido consultado", recuerda Ernesto Benado, director de Conadecus, de la reunión que tuvieron el 27 de diciembre.

Tras el encuentro -que duró dos horas-, Cruzat se comprometió a preparar un escrito para entregarlo durante enero.

Se acelera el plan

Gonzalo Cruzat estaba en pleno proceso de recabar antecedentes, cuando un hecho lo puso en alerta. El 21 de enero Felipe Irarrázabal, fiscal nacional económico, publicó una carta en El Mercurio dando luces de que negociaba un acuerdo con LAN, lo que alejaba la posibilidad de que terceros intervengan en el proceso. "Actualmente, se están sosteniendo reuniones con LAN para estudiar posibles medidas que se podrían adoptar para mitigar o eliminar eventuales riesgos", se leía en la misiva. Además, el texto agregaba que si las conversaciones lo ameritaban, la Fiscalía podía efectuar una consulta ante el TDLC. "Conadecus y Cruzat interpretaron la carta como una muestra de que la FNE negociaba un acuerdo con LAN a puertas cerradas", indica un abogado cercano a los opositores a la fusión.

El jueves 27 de enero, Federico Joannon citó a una reunión en forma urgente en su oficina de El Mostrador. Los convocados fueron los mismos del primer encuentro, con la sola excepción de Benado, quien no estuvo presente.

Gonzalo Cruzat abrió los fuegos. Les comunicó que tenía listo el escrito. Se había pasado los últimos días discutiéndolo con su hermano Manuel, su mentor en estas lides. Tras leerlo en voz alta, todos estamparon su firma. A las 12:45 p.m. de ese mismo día llegaron hasta Agustinas 640 para ingresar el oficio. El texto partía con una crítica a episodios anteriores ocurridos en el rubro aeronáutico y solicitaba al tribunal que se abriera un proceso de consultas para analizar la fusión.

Sólo tres horas después de la recepción del documento Cruzat-Conadecus, la Fiscalía Nacional Económica presentó un escrito de 25 páginas en el TDLC. Allí se detallaba un acuerdo extrajudicial entre esa repartición y LAN Airlines, que proponía medidas de mitigación, incluidas rebajas tarifarias y la posibilidad de que otros operadores utilicen las rutas compartidas por LAN y TAM. "Hubiese llegado un día antes y lo hubiésemos considerado", relatan desde la entidad antimonopolios.

Un par de horas más tarde, el tribunal acogió en forma unánime el documento de Cruzat, y al día siguiente comunicó la suspensión del proceso de fusión LAN-TAM, provocando un terremoto no sólo en el mercado nacional, sino también en el brasileño.

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