Medios: I want my Al Jazeera
Acusada y alabada por su cobertura a la ola de protestas en el mundo árabe, la cadena de noticias de Qatar ha visto cómo se multiplica su audiencia, y ahora espera derribar la última barrera: la resistencia de las cadenas de Estados Unidos para que entre a ese mercado. <br>
La historia de los canales de noticias de la televisión por cable en Estados Unidos está marcada por grandes eventos que los han consagrado. Para CNN fue la cobertura de la Guerra del Golfo, en 1990. Para Fox News, la fiebre patriotera y paranoica post 11 de septiembre, en 2001. Para MSNBC -la respuesta liberal a anterior-, el hastío con la administración Bush y la elección de Barack Obama, en 2008. Ahora, un evento a miles de kilómetros de distancia -en una zona por la que normalmente la población estadounidense no se interesa, llamada "resto del mundo"- podría ser el hito decisivo para otra cadena: Al Jazeera en inglés. La cobertura de los levantamientos populares en el mundo árabe, principalmente en Egipto, ha motivado críticas y elogios en los medios occidentales, y la atención, sumada a la publicitada represión de sus profesionales y equipos en los países en conflicto, podría concretar lo que cinco años de marketing y diplomacia no lograron en Estados Unidos.
Lo que buscan los ejecutivos de la variante angloparlante de la cadena catarí es mucho menos que la consagración: aspiran a un lugar en la programación de las principales compañías de televisión paga de Estados Unidos. Desde su debut en 2006 -y la apertura de sus oficinas en Washington D.C.-, empresas como Comcast, Time Warner Cable, DirecTV y Verizon nunca se molestaron en ofrecer Al Jazeera a sus suscriptores. Sólo en la capital federal y en las pequeñas ciudades de Burlington, en Vermont, y Toledo, en Ohio, la señal "existía" dentro del país.
La persistente asociación de la cadena -en gran parte orquestada desde la Casa Blanca de Bush, al menos inicialmente- con los fundamentalistas islámicos, la ignorancia del público (Al Jazeera, Al Qaeda… ¿cuál es la diferencia?) y el simple desinterés de las audiencias masivas parecían un statu quo difícil de romper. Pero el levantamiento popular contra el gobierno de Mubarak y la capacidad de acción y reacción de Al Jazeera en el que mal que mal era su vecindario catapultaron la atención y la demanda al otro lado del mundo. Según la cadena, los visitantes únicos de su sitio web en inglés -donde es posible ver la señal en vivo- crecieron en un impresionante 2.500%, y más de la mitad de esas visitas estaban dentro de Estados Unidos. Podría decirse que eso demuestra que la TV por internet ha restado relevancia a las compañías proveedoras de TV paga. Pero el director de Al Jazeera English, Al Anstey, tenía más ganas de aprovechar el presente que de celebrar el futuro, y salió a conversar con las compañías que le habían aplanado la nariz a portazos. "Espero que éste sea el momento decisivo", dijo al New York Times.
Anstey ha preparado el terreno: durante las últimas semanas ha comprado avisos en los principales diarios, como una manera de capitalizar la cobertura que la cadena -y su nueva demanda- está logrando en esos mismos medios. Si logra botar algunas de esas puertas debería ir a descorchar la champaña a la plaza Tahrir.
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