Astrónoma y Premio Nacional de Ciencias Exactas: "Los rayos cósmicos de Marte son fatales para el ADN"

Imagen Maria Teresa Ruiz 01

Científica María Teresa Ruiz advierte sobre los peligros con que se encontrará la humanidad si llega a Marte.


Fue la primera mujer en ganar el Premio Nacional de Ciencias Exactas. Es la presidenta de la Academia Chilena de Ciencias, cargo que también por primera vez es ocupado por una mujer. El año pasado sumó a sus reconocimientos el premio L'Oreal Unesco for Women in Science, por el aporte que sus observaciones podrían entregar "a la cuestión de vida en otro planeta". La astrónoma María Teresa Ruiz observó por primera vez una enana café, un tipo de estrella ya fallecida incapaz de brillar con luz propia, descubrimiento que la ubica en un importante lugar de la astronomía mundial.

Haciendo un alto en sus vacaciones, la ganadora del Premio Nacional de Ciencias Exactas en 1997 deja unos minutos para hablarnos de Marte. En ese sentido, la investigadora confiesa que el olfato es uno de los sentidos que tiene más desarrollado. "Siempre me he preguntado qué olor tienen los planetas", cuenta.

¿Imagina qué olor tiene Marte?

Es difícil oler. Si vamos tendríamos que estar con alguna especie de escafandra... aunque olor a bosque seguro que no tiene. Se me ocurre que tiene olor a algo oxidado, como óxido de fierro. Su atmósfera tiene mucho dióxido de carbono.

¿Por qué nos llama tanto la atención el planeta rojo?

Es lo que tenemos más cerca, desde siempre, incluso con instrumentos primitivos, se pudo ver la superficie de Marte. Fue así como en 1877 el astrónomo italiano Giovanni Schiaparelli vio varias rayas y dijo que eran canales, después Percival Lowell, un norteamericano, dibujó canales sobre el planeta y se empezaron a construir ideas sobre alguna civilización viviendo allí. Por algo hablamos de marcianos y no de extraterrestres. La apuesta más segura es que si había seres fuera del planeta, fueran de Marte. Después, con los instrumentos más modernos, se comprobó que los canales no eran tal cosa y que todo era efecto de la óptica y los lentes que se usaban.

Hoy se sabe que Marte tiene una superficie con accidentes geográficos similares a los de la Tierra, con grandes cañones como los de El Colorado pero más profundos, montañas, volcanes, uno de ellos gigante de 25 kilómetros llamado Monte Olimpo.

¿Se ha vuelto más complejo ahora que sabemos más de Marte?

Marte nos ha dado muchas sorpresas con las misiones que se han realizado. La química de la roca no es tan distinta a la que hay en la Tierra. Alguna vez hubo agua pero al menos en la superficie ya no, habría en los casquetes polares. Tiene tormentas de polvo realmente impresionantes que pueden cubrir la mitad o un tercio del planeta. Si uno está observando con los equipos, pueden pasar semanas sin ver nada por culpa de ese polvo. La atmósfera es tan poco densa, que no daría ni siquiera para que se mueva el pelo, pero se levanta un polvo tan fino que si una misión se encuentra con una de esas tormentas, se ensucian los equipos, se tapan los paneles solares. Algo de eso ha pasado con los rovers.

Usted se dedica a estudiar objetos muy distantes de la Tierra. ¿Le interesó estudiar a Marte?

No, nunca me llamó la atención. Si ahora comenzara a estudiar, me centraría en el Sol. Dependemos 100% de él y sabemos tan poquito. Sería bueno que más personas se dedicaran a la astronomía solar y que les dieran más recursos para hacerlo. Conocemos más de las galaxias lejanas que de la nuestra.

¿Cree que alguna vez llegaremos a Marte? ¿Lo colonizaremos?

Han lanzado varios vehículos para tomar datos y, según eso, es factible una misión tripulada. Tardamos un año en ir y otro en volver. No es tanto como viajar a otras estrellas. Pero ir y volver, no a colonizar.

Hay un libro, El marciano. Es un astronauta que se queda olvidado en una misión. Pensaban que se había muerto y se las arregla para sobrevivir. Lo interesante del libro es que primero llega una misión en la que envían todo el equipo, sin seres humanos y después, en una segunda misión tripulada a armar el equipo necesario para quedarse allí. A veces la ciencia ficción se adelanta a la ciencia misma. Creo que es menos arriesgada la ciencia ficción.

En la medida en que el Sol se caliente más, la Tierra aumentará su temperatura y Marte también. Sería un poco más agradable, pero no tiene atmósfera y hasta ahora no tenemos cómo poner una porque se nos escaparía.

¿Si instalamos una carpa, como un invernadero?

Quizás con una especie de invernadero podríamos vivir allá, pero hay otro problema y que no es menor: los rayos cósmicos. Son partículas de alta energía fatales para el ADN. En la Tierra, el campo magnético actúa como un escudo contra ellas y las desvía, pero Marte no tiene campo magnético. Es difícil imaginar que la vida pueda prosperar ahí, hay que hacer algo contra los rayos cósmicos… (se queda pensando un par de segundos)… en un lugar controlado, podría ser bajo la superficie, es una posibilidad, no sería tan loco. Los rayos cósmicos podrían ser frenados por la roca de la superficie.

Si es poco probable colonizar Marte, ¿hay algún planeta de la Vía Láctea al que nos podamos ir?

Venus, ni pensarlo. Alguna vez se supone que fue agradable como la Tierra, pero el Sol lo calentó mucho y se evaporó todo el líquido por culpa del efecto invernadero galopante. No le podemos ver la superficie porque tiene nubes muy densas, con mucha presión atmosférica. El peso que tiene su atmósfera es equivalente a caminar a mil metros bajo la superficie del mar. ¿Mercurio? Está calcinado… Y el resto que nos queda son los planetas gaseosos, muy fríos, seguirán siendo de hielo.

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