Desde el año 2010 la tasa de parotiditis, o paperas, se había mantenido en Chile en tasas cercanas a cinco casos por cada cien mil personas. Sin embargo, esta tendencia cambió y empezó a aumentar en el año 2015 cuando la tasa llegó a 6,9, según un informe publicado por el Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud (Minsal).

En 2016 fueron 1.265 caso (7 casos por 100 mil), de acuerdo con un reporte de la Organización Mundial de Salud (OMS), pero los casos siguieron aumentando. Según el Boletín Epidemiológico Trimestral que elabora el Minsal, solo entre el 1 de enero y el 30 de septiembre se informó de 2.068 casos (último dato disponible), el equivalente a una tasa de 11,3 por cada cien mil personas. La mayoría de los casos se presenta en varones de entre 20 y 29 años.

¿Qué pasó? Jeannette Dabanch, infectóloga y coordinadora del Comité de Enfermedades Emergentes de la Sociedad Chilena de Infectología, explica que desde que se inició la vacunación contra el virus paramixovirus en 1990 (está incluida en la vacuna tresvírica que otorga protección contra el sarampión y la rubéola), los casos se redujeron de manera importante, por lo que la circulación del virus también disminuyó. Así, quienes no se vacunaron o se vacunaron con una dosis (se indica dosis a los 12 meses y seis años) tenían menos riesgo de enfermar.

El problema, dice la especialista, es que la vacuna no entrega protección para toda la vida y esta tiende a perderse a partir de los 18 años, lo que explicaría por qué enferman los más jóvenes. "El año pasado vimos varios casos de jóvenes entre 18 y 30 años que tuvieron que ser hospitalizados", señala.

De hecho, a fines de 2017 se detectó un brote que afectó a más de 300 reos y gendarmes de dos cárceles del país: Santiago 1 en la Región Metropolitana y el Complejo Penitenciario de Valparaíso.

Para delimitar la infección y evitar más contagios, algunas calles de estos centros fueron cerradas.

A juicio de Marcela Ferrés, infectóloga pediatra de la Escuela de Medicina de la U. Católica, los que se contagian y tienen 29 o 30 años son parte del grupo que no se alcanzó a vacunar y ahora están manifestando la enfermedad. A ellos se suma otro grupo de población que año a año se va acumulando y que son susceptibles de contagiarse porque no tuvieron las dos dosis, porque no se vacunaron o porque no hicieron la inmunidad completa. Cuando el virus aumenta su circulación, son los que enferman.

"El paramixovirus no tiene tantas cepas. La que actualmente está circulando es la G, eso es lo que estamos viendo en las muestras que llegan a nuestro laboratorio para análisis".

Refuerzo adolescente

Esta pérdida de protección ha llevado a que constantemente se esté evaluando la posibilidad de aumentar a tres las dosis de esta vacuna. Según Dabanch, países como EE.UU. y Canadá, que han tenido brotes, evalúan la indicación de una tercera dosis o dosis de refuerzo durante la adolescencia. En Chile, dicen los especialistas, también lo han discutido, pero no se ha resuelto. "Siempre estamos revisando la situación epidemiológica del país", señala. El problema de este grupo de edad radica en la poca cobertura que se logra en ellos. En EE.UU., por ejemplo, si alguien quiere estudiar allá, esta es una de las vacunas que exigen para ingresar a la universidad.

Maria Teresa Valenzuela, especialista en Salud Pública y Epidemiología de la U. de Los Andes, dice que el alza de casos no solo ha afectado a Chile sino que a todo el mundo y, por lo mismo, agrega, amerita que se evalúe qué está ocurriendo. "Hay que analizar si las dos dosis de la vacuna son suficientes, revisar qué tan larga es la protección que ofrece. Pero no hay estudios definitivos.

Lo que ocurrió con el sarampión hace algún tiempo nos enseñó mucho. Creíamos que una dosis era suficiente, pero nos dimos cuenta de que no y que tenían que ser dos. A lo mejor con la parotiditis es similar y se necesiten tres dosis, pero se requieren más estudios".

Síntomas

El principal síntoma de la parotiditis o paperas es la inflamación de la parótida (glándula salival), lo que produce mucho dolor e inflamación en la zona (ver infografía). En los varones, el compromiso testicular puede llevarlos a la hospitalización.

La otorrinolaringóloga de Clínica Las Condes Maite López dice que en 2017 fue testigo de varios casos, en su mayoría pacientes jóvenes entre los 23 y los 25 años.

"No hay un tratamiento específico. Se tratan solo los síntomas. Como se trata de un cuadro viral, puede inflamar también las meninges y el páncreas, pero son casos más aislados y raros. En ese tiempo de reposo no pueden trabajar, tampoco ir a la universidad o al colegio, por lo que tiene un impacto", dice la especialista.