Impactos de meteoritos formaron las rocas en silicio más antiguas conocidas

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Expertos señalan que la caída de meteoritos era un fenómeno frecuente en la Tierra de hace unos 4.000 millones de años, por lo que sus impactos podrían haber jugado un papel clave en la evolución de su corteza.


El impacto de meteoritos sobre la corteza terrestre pudo dar origen hace unos 4.000 millones de años a las rocas ricas en silicio más antiguas que se conocen, según un estudio que publica hoy la revista Nature.

La investigación, liderada por la Universidad Curtin de Perth (Australia), sugiere que las rocas félsicas, conocidas por su alto contenido en silicio, evolucionaron a partir de las máficas, que, por contra, presentan pobres porcentajes de ese elemento químico metaloide.

Aquella Tierra primitiva, recuerdan los autores, tenía una corteza compuesta principalmente por rocas máficas, si bien estudios anteriores han encontrado muestras de minerales félsicos de la misma época, lo que ha rodeado de misterio su origen y proceso de formación.

Es el caso, por ejemplo, de la roca metamórfica de gneis "Idiwhaa", hallada en el noroeste de Canadá y que tiene una antigüedad de 4.020 millones de años.

La muestra contiene rocas de color pálido, ricas en silicio o félsicas, pero, hasta ahora, los expertos desconocían cómo se había formado a partir de la corteza máfica de la Tierra.

Para resolver el misterio, el principal autor de este estudio, Tim Johnson, y sus colaboradores examinaron la composición química de "Idiwhaa" y recurrieron a modelos para demostrar que es posible "fabricar" rocas félsicas fundiendo corteza máfica.

Esa enorme fuente de calor necesaria para derretir las rocas, revelan, se pudo generar por el impacto de meteoritos sobre la superficie terrestre, lo que unido al poco grosor y baja presión de de la corteza, de unos 3 kilómetros, creó las condiciones perfectas para ese proceso.

Los expertos señalan que la caída de meteoritos era un fenómeno frecuente en la Tierra de hace unos 4.000 millones de años, por lo que sus impactos podrían haber jugado un papel clave en la evolución de su corteza.

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