Cierta jerga de marineros ha categorizado los faros en tres estadios distintos. Primero, el “paraíso”, que vendrían a ser los faros erguidos en tierra. Luego, el “purgatorio”, para aludir a los gigantes de piedra construidos sobre islas. Y finalmente el “infierno”, que vendrían a ser los faros ubicados en el mar.

Sacudidos por el asalto de las olas y con operarios sometidos a duras condiciones de trabajo, los faros del “infierno” son la materia prima de buena parte del trabajo de Mathieu Rivrin, un fotógrafo francés apasionado por los paisajes y faros de la Bretaña francesa.

Acompañado de un dron y su lente, el fotógrafo ha recorrido la escabrosa costa francesa para dar con las más increíbles y aterradoras imágenes de faros azotados por temporales y violentos oleajes.

Muchos de ellos construidos mar adentro, como La Vieille, Pierres Noires o el Faro del Canal del Four, y con estructuras que datan de hace más de un siglo.

Acá, parte de su trabajo tras el lente.

Un fotógrafo de faros