Los neozelandeses amantes de la fauna salvaje están de luto por la muerte de Nigel, un alcatraz bautizado "el pájaro más solitario del mundo" ya que vivía en una isla ausente de cualquier otro ejemplar de su especie.

Este ave marina pasó varios años de su vida rodeado de una colonia de falsos pájaros de cemento que los defensores del medioambiente habían instalado en el lugar para atraer a la fauna avícola.

Nigel se enamoró de una de esas estatuas de la isla de Mana, frente a la costa de Wellington, y se lo vio acicalándose, anidando e incluso intentando copular con el falso alcatraz.

"Nigel eligió vivir en Mana y sabemos que era feliz allí porque podría haberse ido en cualquier momento y no lo hizo", contó este miércoles Chris Bell, miembro de los servicios medioambientales. "Era un comportamiento raro para un alcatraz".

Bell encontró el cuerpo sin vida de Nigel junto a su rocosa amada a finales de enero. Cree que fue una muerte natural por su avanzada edad, aunque esta teoría tendrá que confirmarla una autopsia.

Por desgracia, Nigel murió en el momento en que la falsa colonia de alcatraces empezaba a surtir los efectos deseados. Según Bell, en diciembre empezaron a visitar Mana tres alcatraces.

Estas aves no están en peligro, pero necesitan anidar en lugares que no estén afectados por las especies dañinas importadas, como las ratas o los armiños.

"Los alcatraces son unos pájaros especialmente sociables y se basan en eso para decidir dónde vivir. Los señuelos son una forma de decirle a quienes pasan por aquí que este lugar es seguro, que no hay predadores, que se puede vivir bien", explicó Bell.