Un nombre para Tomás

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Foto: AgenciaUno

Fotografía tomada el 12 de septiembre.

Ahí estoy yo en esa foto. En el día cuando la Cámara de Diputados aprobó la Ley de Identidad de Género. Es una imagen de esperanza de que la realidad trans se visibilice, se entienda, se conozca más allá de los prejuicios. Nuestros hijos no tenían derecho a su identidad y eso provocaba muchas vulneraciones en su día a día.

Ese día fui al Congreso con miembros de la Fundación Renaciendo, a la que había llegado por el proceso de mi hijo, hoy de 12 años. Antes él era una persona superextrovertida, pero empezó a retraerse. Cambió sus vestimentas, se cortó el pelo. Pensé que podía ser homosexual o algo. No conocía la realidad trans. Un día se puso a llorar, a gritar "perdón, mamá. Lo intenté, y no pude". Esto fue hace un año y medio. Le pregunté qué le pasaba y no me supo explicar. Comencé a investigar. Ahora le gusta que le digan Tomás.

Al Congreso fuimos varias mamás. Había mucha ansiedad, nervios. Teníamos todas las cartas puestas para que esto se aprobara. Para mí fue triste ver allí a los grupos evangélicos, porque sus argumentos eran de odio. Decían que éramos padres pedófilos, que nuestros hijos eran engendros. Yo respeto todas las ideologías, pero que no por eso les quiten derechos y oportunidades a los demás.

Yo sentía que éste era el momento para que aprobaran la Ley de Identidad de Género. Esperar más ya era demasiado desesperanzador, había demasiado trabajo detrás y queríamos darles una alegría a los chicos. Era importante esto como un primer paso, porque la verdad es que ésta no es una ley de identidad de género, es sólo una ley registral que lo único que hace es que puedan cambiar su nombre y su sexo en la cédula de identidad para que nadie más los siga cuestionando y puedan hacer su vida lo más normal posible.

Cuando la ley se aprobó, sentí emoción. Este es un logro para todos, sobre todo para los chicos que han sufrido mucho. Pero también sentí miedo a que pasara lo mismo que la ley de aborto en tres causales, que esto se promulgue y se le empiece a poner trabas a la cosa concreta. Ojalá no ocurra.

*Voluntaria Fundación Renaciendo y madre de un joven trans.

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