Ahora vota




Asusta ver en Chile el retroceso en la participación electoral. El año 1990 votaban un 89% del total de personas en edad de hacerlo, al año 2016 esa cifra se redujo a un 50%. El futuro es más alarmante aún si consideramos que los conocimientos cívicos de niños y niñas chilenas están muy por debajo del promedio internacional, según un reciente estudio  (ICCS) dado conocer por la Agencia de la Calidad. Es triste el fenómeno, especialmente para quienes lucharon con tanta fuerza por ganar ese espacio de participación. No deberíamos olvidar que hubo momentos en la historia en que no pudimos ejercer el derecho a decidir quiénes llevarán las riendas del gobierno. ¡Recién en 1949, las mujeres pudimos empezar a votar en presidenciales y parlamentarias! A quienes nacieron en democracia se les hace natural su existencia y las libertades que nos entrega, pero no siempre fue así y por eso debemos validar a la democracia con nuestra participación.

Cuando grandes grupos de la población deciden no votar de forma sistemática, arriesgamos la legitimidad de nuestra democracia que se funda en la voluntad de las mayorías y el resguardo de los derechos de las minorías, pero hoy la mitad de quienes pueden votar eligen no hacerlo. Algunas de las razones: la crisis de representación, por una parte, y el poco involucramiento en la construcción de país por otro.

Este malestar y el sentir de la gente tiene que oírse. A través del voto podemos pedir un Chile diferente, podemos reclamar mejores representantes, pero si no se alza la voz a través del voto, no habrán cambios. La abstención se lee como indiferencia, y sabemos que a los chilenos y chilenas les importa su país, tiene una opinión y una propuesta. Lo sabe la sociedad civil organizada que trabaja con esas personas y conoce sus sueños e ideas. Es por esto que distintas organizaciones nos unimos en torno a la campaña #AhoraVota (www.ahoravota.cl), impulsada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con el objetivo de llamar especialmente a los jóvenes a votar el día de la elección, superando la apatía y la desesperanza sobre las posibilidades de la política para cambiar la realidad.

Desde Educación 2020 esperamos que los jóvenes den su opinión sobre la continuidad y perfeccionamiento de reformas que han contribuido a la equidad y la inclusión en el sistema educativo, que exijan mayor calidad e innovación pedagógica, que saquen la voz por sus compañeros más pequeños y las políticas en primera infancia que tanto necesitamos. Que pidan un nuevo trato para la educación técnico-profesional que hasta ahora se encuentra inaceptablemente rezagada de las prioridades del país. El impacto que tienen todas estas medidas en el futuro de nuestros niños y niñas ya es razón suficiente para participar. No podemos dejar pasar la oportunidad de elegir quiénes representarán sus derechos y los nuestros durante los próximos cuatro años.

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