Cordillera: Más triste que un bolero




Hace un par de años Carlos Cabezas componía la banda sonora de El Club de Pablo Larraín. Necesitaba montar unas piezas incidentales y llamó a Angelo Pierattini de Weichafe, colaborador desde hace un buen tiempo del líder de Electrodomésticos. Trabajando surgió la sensación de que se abría una atmósfera determinada, un espacio musical distinto. La banda que acompaña es un lujo: Fernando Julio en contrabajo, Felipe Salas de Cómo Asesinar a Felipes en batería, y Valentín Trujillo en teclados. La guinda es la colaboración de Alain Johannes en la grabación de las baterías en el estudio de Gonzalo González.

Cinco canciones de Cabezas y otras cuatro de Pierattini darán vida a un futuro álbum que será entregado en tres partes hasta fin de año. Este EP es el primer capítulo (el segundo debiera aparecer en septiembre), y reúne tres canciones profundamente lúgubres que resuenan a una reinterpretación del bolero bajo una atmósfera de spaghetti western y atardeceres crepusculares con la ayuda de fondos corales y guitarras de acordes económicos y reverberantes, que enmarcan una sensación melancólica. La combinación de voces entre Cabezas y Pierattini se mueve en cámara lenta, solemne. Las composiciones -Dios x Dios, Nieve, El Adiós- son dominadas por un carácter cinematográfico bien logrado. En estas canciones es más la sugerencia que lo explícito.

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