Desconfianza ciudadana y la oportunidad de Gobierno abierto




Temas desconectados. Así los ve el Gobierno. Carriles separados por la contingencia. Pero no lo son y las pérdidas por no entenderlo son realmente grandes aunque menos mensurables en el corto plazo, esto sí que no es tema de números redondos.

Pero para entender un poco más, hace falta contar esta historia. Chile es parte de la Alianza para el Gobierno Abierto desde el 2011, año en que también se lanzó la iniciativa. La Alianza para el Gobierno Abierto es una iniciativa que busca obtener compromisos concretos de los gobiernos participantes hacia sus ciudadanos para promover la transparencia, empoderar a los ciudadanos, luchar contra la corrupción y usar nuevas tecnologías para fortalecer la gobernanza.

De los 12 compromisos contenidos en el Plan de Acción 2014-2016 diseñado por el Gobierno en consulta con la sociedad civil, el 75% se encuentra finalizado o con un avance sustantivo, dentro de los cuales Chile se destaca por tener 3 compromisos que se consideran que tienen un potencial transformador, además de ser específicos y que se han cumplido a tiempo. Estos compromisos se relacionan a la implementación de la ley del lobby, el modelo de gestión de transparencia municipal y el compromiso de democracia medioambiental.

Hasta aquí, varias consideraciones: los números reflejan un buen porcentaje de cumplimiento, pensando sólo en números y no en la calidad de ellos. Por otro lado, es importante destacar que 5 de los 12 compromisos han sido implementados por el Consejo para la Transparencia, que no es un organismo gubernamental sino uno independiente que asumió compromisos. Además, algunos de estos compromisos ya eran parte de la agenda legislativa y programática del gobierno, por lo cual no significaba un desafío extra. Y finalmente, en especial los compromisos de participación ciudadana no se cumplieron o se implementaron después de la fecha comprometida para hacerlo. Entre estos, una plataforma web para que los ciudadanos puedan informarse de cómo y cuándo participar en la gestión de gobierno (plataforma que aún no está activa) y el Consejo Nacional de Participación ciudadana, que llegó con un año de atraso.

A todo esto, sumamos un elemento central. Chile fue elegido miembro del Comité Directivo de Gobierno Abierto a nivel mundial. Pero la contingencia y la falta de conocimiento de esta temática al interior del gobierno dejan vacante el liderazgo regional que se espera de nuestro país. Oportunidades que se pierden. Hoy se ve el Gobierno Abierto como un tema más y no como una alternativa de gestión política a muchas de las problemáticas a las que nos enfrentamos, sobre todo las de vinculación con la ciudadanía. Pensar hoy en la inclusión y la colaboración de los ciudadanos genera reticencias, molestias y hasta cuestionamientos sobre cómo hacerlo. Y nuevamente se pierde la oportunidad de enmarcar las acciones de gobierno en corresponsabilidad con la sociedad.

Actualmente se trabaja en coordinar mesas para el próximo Plan de Acción Nacional (el tercero para Chile) al que deberá comprometerse el gobierno y entonces el desafío es aún más grande. En primer lugar, que los funcionarios entiendan la oportunidad de construir a través de la validación de una sociedad informada y participativa. En segundo, que la sociedad civil no descanse en la búsqueda de lograr que realmente esto suceda. Y tercero, que la voluntad política sea la respuesta a un trabajo persistente, constante y exigente de la contraparte.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.