"El país que quieres"




¿CORRESPONDE QUE el Servel haga propaganda, incluso incentivando ir a votar? No pareciera deducirse de sus atribuciones vinculadas más bien a la corrección del proceso eleccionario, no a si la gente concurre o no, y menos si se admite el voto voluntario. Algunos puede que voten mientras otros prefieren guardar una prudente reticencia frente a las alternativas ofrecidas; no siendo ésta la única razón para no votar (los hay que ni siquiera quieren saber del asunto). Lo que es el Servel ha preferido no darse por enterado, desincentivando dicha opción perfectamente legítima, al insistir vía campaña radial (presumo que por televisión también), que se "elige el país que quieres" únicamente si se vota.

No es la primera vez que lo hace, además. Para las elecciones municipales del 2016, el Servel recurrió al mismo eslogan. Mandó a hacer un video tendencioso que contraponía la duda de adultos versus la supuesta "sabiduría" de niños respecto a las virtudes de votar. Caricatura que de nada sirvió; la abstención se disparó al 65%. Ante lo cual, cabe preguntarse si intentos de infantilizar a los chilenos como éstos y otros no estarán alimentando la desconfianza, en vez de atemperarla.

No ayuda tampoco que el eslogan en cuestión tenga un sorprendente parecido al de Podemos en España el 2015: "Llegó el momento de decidir el país que queremos. Llegó el momento de votar". O que la misma estrategia comunicacional la barajaran contrarios al gobierno de Theresa May en las recientes elecciones británicas. Un tal Mark Choueke, consultor de marketing y comunicaciones, aparece en un video online sugiriendo concientizar a la población -"Vote for the country you want to be in the future"- a fin de evitar un nuevo gobierno conservador que, de ganar, haría irreversible el Brexit. Con la salvedad, que tanto Podemos como este consultor (entre cuyos clientes se cuentan trasnacionales que venden gaseosas, hamburguesas y sitios webs), al ser partes interesadas en la contienda, les sería lícito manifestarse en dichos términos, no así el Servel.

Mensajes tan impúdicamente dirigistas, los de estas campañas y spots publicitarios, fuera que hacen dudar de un órgano obligado a prescindir de partidismos de toda índole, insultan la inteligencia media. "Votar te hace grande", sostenían los párvulos. Al contrario, es posible que en votaciones como las que se esperan para este año, el cuadro de opciones lleve a confirmar lo que, por un lado, afirma Noel Clarasó: "Ante una lista de candidatos se piensa que, felizmente, solo puede ser elegido uno"; esto es, se optará por el mal menor, sin convencimiento alguno. Y, por el otro, lo dicho por Ambrose Bierce: "El elector goza del sagrado privilegio de votar por un candidato que eligieron otros" (seleccionado antes), y siempre que estos otros hayan votado por lo que de veras querían. En otras palabras, la decepción, a la larga, será inevitable (viene siendo históricamente), lo del Servel es pueril y, "Yes, they can", los publicistas siempre "pueden" y ganan.

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