Estereotipos de la mujer en los medios




Esta semana en Glasgow se reunieron dos importantes líderes mundiales, la Primera Ministra británica, Teresa May, y la cabeza del gobierno regional de Escocia, Nicola Sturgeon. El tema del encuentro fue el inicio de las negociaciones para concretar la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea y sus posibles implicancias en la propuesta de independencia que están negociando los escoceses.

La relevancia del encuentro era evidente, sin embargo, el periódico inglés Daily Mail publicó en su portada una foto de ambas sentadas de frente con el título "No importa el Brexit, ¿Quién gana en piernas?". De inmediato surgieron reacciones en las redes sociales, unas contrarias a la decisión editorial del medio y otras que apoyaban la publicación con el argumento de que en la política es positivo incorporar el humor.

Pero el tema central no es el humor en la política, sino el papel que ejercen los medios de comunicación en la creación de valores y que en este caso se aplican a la legitimidad simbólica de las mujeres en la sociedad.

De acuerdo con estudios realizados en el Observatorio de la Mujer en Medios de Comunicación de la Universidad del Desarrollo, a pesar de que la mitad de la población está compuesta por mujeres y que entre ellas hay muchos talentos que les permiten realizar contribuciones significativas en distintos ámbitos, el análisis de medios es desalentador.

Primero porque la visibilidad de la mujer como fuente de información y opinión en temas de relevancia no está siendo recogido ni reconocido a cabalidad. El desconocimiento por parte de la opinión pública limita las posibilidades reales que tienen las mujeres de participar en áreas importantes del país como la política, la economía y la cultura.

En segundo lugar, junto con ser escasamente visibles, a las mujeres se las muestra mal representadas, a la vez que se mantienen los estereotipos y sesgos que limitan su riqueza y oportunidades. Al focalizar la atención en la apariencia física, vestimenta o temas relacionados a la intimidad familiar, se deja de lado lo que es más importante para el desarrollo del ámbito público: la trayectoria y competencias que le permiten a una persona realizar una contribución significativa a nivel social.

El problema se ve potenciado aún más si consideramos los mensajes subyacentes que prevalecen en los contenidos de la publicidad y el cine chileno. En ambos casos priman dos estereotipos: el de la mujer cuidadora de la familia y el de objeto decorativo erotizado, lo que limita la visión del desarrollo futuro, especialmente de las niñas que focalizan su atención en la apariencia física por sobre las oportunidades educativas y profesionales.

La proyección de modelos de rol expande o limita las posibilidades para todas las mujeres de decidir libremente qué vida aspiran tener. En este contexto, los actores de la industria de la comunicación tienen aún como desafío pendiente relevar el papel de las mujeres en la construcción de una sociedad representativa, pluralista y democrática.

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