Independiente de los resultados del Proyecto de Ley de Migraciones que el pasado lunes 21 fue presentado al país por el ejecutivo, es claro que este paso constituye un avance en una disposición largamente esperada por toda la ciudadanía. Era necesario reemplazar la ley de 1975, más aún superar las restricciones que esa normativa  imponía a quienes pretendieran inmigrar a este país.

Desde el lugar disciplinario desde donde hacemos esta reflexión, la historia, podemos señalar que siempre, desde que este país optó por el régimen republicano ha tenido una política migratoria. A veces expresada en una determinada ley, otras con medidas o decretos promoviendo tales desplazamientos o restringiéndolos en determinados momentos. Así ocurrió  con la promoción de la migración europea durante el siglo XIX; o con las restricciones de carácter político que se le impone a la misma con la llamada Ley de Residencia de 1918, conocida como la ley contra los indeseables. Es decir, contra aquellos que propagaran ideas contrarias al orden público. Más adelante el país conoció momentos de apertura de carácter humanitario como cuando se abrieron las puertas, no sin dificultades, al ingreso de judíos que huían de las persecuciones nazis o a los refugiados de la guerra civil española.

Más adelante nuevas disposiciones tuvieron relación con la llegada de extranjeros al país pero, sin lugar a dudas, el siguiente hito relevante fue la ley de 1975 en que en el mismo tenor de la normativa de 1918, dispone de una serie de cláusulas que limitan  o  prohíben el ingreso al país a determinadas personas.

Desde aquellas disposiciones Chile no ha conocido un nuevo cuerpo legal al respecto, solo programas de gobierno puntuales frente a determinados problemas. De allí entonces el interés público que causado la presentación de este proyecto de ley de migraciones que la presidenta Michelle Bachelet ha dado a conocer.

Es lo que la ciudadanía esperaba, una propuesta efectiva y real. El tema en discrepancia son los términos de dicho cuerpo legal. Y, en ese sentido, todos los interesados sienten que tienen derecho a emitir con razones fundadas su opinión.

La nuestra es que, efectivamente, se produce un avance pues, en primer lugar, debemos subrayar el espíritu que inspira dicho estatuto. Conforme las palabras de la Presidenta este proyecto "está basado en un sistema de principios, derechos y deberes", en otras palabras, considera el respeto por los derechos de las personas y, al mismo tiempo, determina la exigencia del cumplimiento de los deberes que cada cual asume al momento de tomar la determinación de avecindarse en este país.

Este proyecto que recién comienza su trámite legislativo tiene como norte la no discriminación en los aspectos laborales, de seguridad social, justicia, educación y salud. Además de la  regulación del ingreso y salida, las categorías migrantes, conjuntamente con una serie de  procedimientos administrativos sancionatorios y, por último, se dispone la  creación de un Servicio Nacional de Política Migratoria.

Sumado a esto, dependiendo del motivo del viaje, los extranjeros deberán solicitar permiso de turista, visitante, residencia temporal o residencia definitiva y habrá una regulación especial para habitantes de zonas fronterizas, para su tránsito en los espacios de frontera, como por ejemplo Arica-Tacna.

El Gobierno buscará trasparentar la magnitud de las migraciones, creando un registro nacional de extranjeros que será administrado por la Subsecretaria del Interior. No obstante, lo que al parecer inquieta a las organizaciones de migrantes y estudiosos de las mismas, es la nómina de causas de prohibición de ingreso y cláusulas que facultarían a decretar la expulsión del territorio nacional a determinados migrantes pues, en una perspectiva inicial, estas medidas incentivarían la movilidad irregular.

Así, entonces, todas las instituciones que tienen como parte de sus tareas y misión abordar temas migratorios o trabajan directamente con la población migrante quieren expresar sus opiniones y sentires, con la esperanza además de que sean consideradas en toda su extensión y aporte.