En una entrevista reciente, la ministra de Salud del próximo gobierno descartó continuar con el modelo de concesiones hospitalarias. Su planteamiento se basa en que no hay evidencia que demuestre que este modelo mejore la gestión de la salud pública.

Chile está a un paso de alcanzar el desarrollo con un PIB per cápita de US$ 20 mil. Sin embargo, se requiere estar preparados para hacer frente a este desafío, y para ello es clave contar con infraestructura que permita absorber una demanda creciente en diversos sectores. Así, por ejemplo, en el sector salud hoy se dispone de 2,3 camas por cada mil habitantes, mientras que los estándares internacionales nos sugieren cuatro. Luego, descartar de plano las asociaciones público-privado limita la capacidad del Estado para cerrar las brechas en infraestructura, equipamiento y gestión en el sector salud.

Las asociaciones público-privado en la construcción y administración de hospitales y consultorios pueden significar nuevas e innovadoras formas de controlar costos y mejorar la calidad de los servicios, como también generar un ahorro fiscal neto. La experiencia internacional ha ido mucho más lejos que el modelo chileno (construcción y operación de servicios anexos al propiamente sanitario). En efecto, la experiencia de países como Australia, Inglaterra, Brasil, Suecia, entre otros, es elocuente en lo que se refiere a las opciones disponibles para mejorar la gestión del sistema público de salud. Es importante recordar que este esquema de participación privada entrega significativos beneficios siempre que el Estado diseñe adecuadamente los contratos de construcción, operación y gestión, de forma tal que aseguren el acceso universal, un alto estándar de calidad y un aumento en la eficiencia.

Con todo, el sector público no sólo necesita más y mejor infraestructura y equipamiento, sino que también mejor gestión. Luego, una forma de enfrentar este desafío es flexibilizar las normas que rigen a los hospitales autogestionados. Estos establecimientos se deberían organizar con un estatuto similar al de empresas públicas con autonomía de gestión, con un régimen laboral moderno, y disponer de consejos directivos responsables de la dirección de estas nuevas instituciones. Estos hospitales deberían vender sus servicios a precios negociados libremente a isapres y particulares hasta una cierta proporción de su capacidad, y de esa manera recuperar sus costos.

Ahora bien, en la atención primaria se requiere que los municipios compitan entre sí y con el sector privado para atraer beneficiarios del sistema institucional y captar afiliados de los sistemas Fonasa libre elección, isapre y particulares. Luego, los municipios podrían participar en la administración de los recursos previsionales, cobrando las cotizaciones obligatorias de salud y recibiendo el subsidio fiscal destinado a financiar todo o parte del gasto per cápita en salud. El municipio podría participar en la ejecución de programas estatales y del plan básico de salud compitiendo con el sector privado. Asimismo, podría administrar los recursos subcontratando con terceros la prestación de servicios o realizar ambas funciones.