Inglés desde la primera infancia: una política pública que no debe esperar




Mucho se ha hablado últimamente de los descendidos niveles de inglés de los chilenos a la luz de las estadísticas o estándares internacionales, como los que genera la agrupación English First (EF). El foco ha estado puesto en "lo poco y mal que hablamos", a lo que se suma la timidez propia de la idiosincrasia chilena, donde el grueso de la población no se atreve a hablar y practicar. Pero, sin necesidad de consultar a expertos en enseñanza del inglés, existe la creencia bastante extendida entre la población de que mientras antes se comience a aprender una lengua extranjera, más fácil y fluida será su adquisición. Es por eso que han proliferado los colegios y jardines infantiles que ofrecen esta opción como un "plus", a pesar de que la enseñanza del inglés es de carácter obligatorio en el sistema público sólo desde  5° básico.

Un grupo de organizaciones ligadas a la enseñanza del inglés (fundaciones, universidades, institutos, representantes de colegios bilingües entre otros) acudió al llamado de nuestra organización—la cual  promueve la enseñanza del inglés desde los primeros años a través de su proyecto We Learn que se implementa en escuelas públicas ubicadas en localidades rurales a participar de una Mesa Interinstitucional de Trabajo cuyos integrantes analizaron y generaron propuestas para la enseñanza temprana del inglés como lengua extranjera desde los primeros años de escolaridad en Chile.

Con una destacada convocatoria a reuniones, en las que se expuso y conversó con gran altura de miras sobre el tema, nos pusimos al día en la investigación internacional y nacional sobre el aprendizaje temprano del inglés y sus potenciales beneficios; discutimos sobre qué tipo de formación inicial y continua deben tener nuestros profesores de inglés para poder desempeñarse en el primer ciclo, revisamos la propuesta curricular del Ministerio de Educación para este ciclo y nos preguntamos sobre el rol que deben tener los equipos educativos y directivos de las escuelas para incorporar el inglés a la comunidad y que no sea así una asignatura aislada. También nos cuestionamos el peso que tienen los adultos significativos de nuestros estudiantes a la hora de estimular o frenar su avance en este idioma. Finalmente, conversamos sobre la valoración social que se hace en Chile del inglés y de los chilenos respecto de éste. Las conclusiones, que se resumieron en un documento final que fue entregado al Ministerio de Educación y a todas las autoridades gubernamentales, avalan el consenso tácito que nos hace pensar que mientras antes mejor: debemos comenzar a anticipar la obligatoriedad del inglés en los colegios.

En dicho dossier, primero que todo, hacemos patente la necesidad de estimular la investigación sobre el aprendizaje del inglés desde la edad temprana en el contexto chileno. Es imperativa la creación de un currículum para el primer ciclo básico que sea realista y que transite de manera gradual al segundo ciclo. Éste debe ser realizado consultando a los profesores de inglés que ya se desempeñan en esta etapa y cuentan con la experticia en aula. A la luz de ello, es urgente mejorar la formación inicial y continua de nuestros profesores de inglés, estableciendo criterios mínimos y comunes de manejo del idioma y las metodologías pertinentes para este grupo etario.

Los integrantes de la Mesa Interinstitucional de Trabajo también consideraron de vital importancia que el Estado impulse un giro cultural en la valoración del idioma inglés: es urgente un cambio de mentalidad a nivel de equipos directivos, profesores de otras asignaturas, padres, apoderados y comunidad educativa para que los niños no carguen con nuestras aprensiones ante este idioma.  No podemos desaprovechar esta etapa, en que los estudiantes no tienen vergüenza ni miedo de expresarse en otro idioma y están más abiertos a adquirir la pronunciación y las estructuras de otra lengua de forma intuitiva. El inglés ya no se aprende para poder hablar con personas de habla inglesa: el inglés se aprende para poder conectarse con un mundo globalizado que se mueve principalmente en dicho idioma. Mientras antes abramos este mundo a nuestros niños, más y mejores oportunidades les estaremos brindando.

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