Esta columna la escribo en primera persona. Escribir sobre migración sin recordar mi calidad de migrante podría ser entendido como un posible conflicto de interés. Hace casi dos décadas cuando llegué a Chile la explicación por los altos niveles de desconfianza ciudadana, por la mirada negativa, cuando no amenazada, sobre los migrantes peruanos que "inundaban" el centro, la agenda conservadora de gobiernos progresistas y muchos otras características más del país, se me explicaba por el aislamiento geográfico. Chile está entre el mar y las montañas, por eso su vinculación con el mundo es menor y los lazos familiares y cercanos son lo más importante, me decían en su momento.
Y parece ser parcialmente cierto. En 1854 el 1.4% de la población era migrante. La migración subió entre los censos de 1907 y 1920 con 4.1% y 3.1% respectivamente. Migrantes europeos dicen las estadísticas. Proceso que se revertió desde mediados de los 90s cuando la migración pasó a ser latinoamericana y hoy, con los datos más recientes del 2014, representa el 2.3% del total de la población, es decir 411,000 personas. Aún muy por debajo de los promedios mundiales que superan el 10%.
Pero no solo hubo un cambio en la nacionalidad de los que llegan sino también en su género. Los índices de femeneidad de los migrantes es claro, en 1930 era de 54.8 y en el 2002 de 109.3 . Información del Departamento de Extranjería estima que en el año 2015 más del 52% de la población migrante en el país era mujer.
En los últimos años la composición de la población migrante parece haber vuelto a cambiar. En una revisión de permanencias definitivas entre 2014 y 2015 el colectivo que más crece es el Venezolano (97%), seguido por Cubano (77%), Colombiano (56%) y Haitiano (55%). Para ser claros, esto no significa que son más sino que aumentan más rápido. Si en términos relativos el crecimiento de la población migrante no es explosiva, ni una "ola" ni nada que se le parezca ¿porqué tanta preocupación?
Volvamos para atrás un poco. En las dos décadas entre 1895 y 1907 la población migrante casi se duplicó y llegó a representar el 4.1% del total nacional. ¿Será que se generó un debate nacional sobre las enfermedades que traían, las capacidades laborales, la moral y buenas costumbres? Posiblemente no, por que si bien se instalaron entre el mar y la cordillera, los que bajaban del barco eran principalmente europeos, (blancos y hombres en su mayoría).
¿Entonces porqué hoy estamos debatiendo sobre los problemas de la migración? No tengo respuesta más que decir que en realidad el problema no sólo la geografía pero si la profunda segregación socioterritorial sobre la que se ha construido Chile. Una que ha generado barreras casi infranqueables entre los que tienen y los que carecen. Una que aumenta los niveles de desconfianza y el temor. Una barrera física pero también cultural que ha convertido a los "otros" en gente peligrosa. Este fenómeno que reconoce altos niveles de clasismo entre chilenos, de mínimo reconocimiento de pueblos originarios, de alta preocupación por ser los mejores del vecindario ahora se traslada a los migrantes. Pero no a todos los migrantes. En un informe del Observatorio Iberoamericano sobre Movilidad Humana, Migraciones y Desarrollo, con datos oficiales, se muestra que las mayores tasas de rechazo se encuentran en los países con población afrodescendiente. La pregunta queda sin responder, ¿qué explica estos niveles de rechazo?
El mismo informe reconoce que la migración en Chile es principalmente laboral, con buenos niveles de educación, con capacidad de ahorro y organización. No voy a abundar en las posibilidades y oportunidades culturales e incluso económicas que implica la migración en el país. Creo que hoy el debate sobre la migración abre una puerta inesperada no para mirar para afuera sino al contrario. ¿Qué país se está construyendo desde la segregación y la estigmatización socioterritorial? ¿Cómo revertir los altos niveles de desconfianza interpersonal? ¿Hasta que punto la diferencia de color nos preocupa más que otra cosa? Sólo cuando se puedan debatir estos temas abiertamente, podremos avanzar en la construcción de un país mejor, incluso ubicado entre el mar y la cordillera.







