La realidad de un país más justo




QUIENES NIEGAN  los logros del gobierno de la Presidenta Bachelet, debaten desde la consigna o el cálculo político, en una lógica de campaña electoral más que de razonamiento ajustado a la realidad. Resulta más productivo remitirse a los hechos refrendándolos con datos duros.

En primer lugar, según la Encuesta Casen, entre 2013 y 2015 la pobreza por ingresos disminuyó de 14,4% a 11,7%. Son más de 435.000 personas menos en situación de pobreza por ingresos gracias a políticas públicas correctas. En el mismo periodo, la desigualdad -flagelo que cruza a la sociedad chilena- traspasó por primera vez el umbral de 0,5, ubicándose en un gini de 0,495.

En materia de desempleo, el promedio de la actual administración es de 6,4% (en el gobierno del expresidente Sebastián Piñera fue de 6,9%), y ello no obstante la ralentización del crecimiento mundial y la caída del precio de los commodities, fenómenos que han impactado en la economía doméstica. Cabe recordar que el promedio de este año del precio del cobre es de apenas 2,61 dólares la libra, y el año pasado fue aún menor: 2,21 U$/lb. Es decir, no se ha tenido la holgura de ingresos que tuvo el gobierno de derecha, que alcanzó un precio récord de 3,99 dólares la libra.

No obstante el contexto más restrictivo, el presupuesto público no dejó de reflejar la fuerte impronta social de nuestro gobierno. En 2017 el 69% del presupuesto fue asignado a inversión social, manteniéndose en un rango similar durante los últimos tres años. Esto ha permitido importantes avances en derechos sociales, igualdad de oportunidades y protección social.

Así, para el que observa la realidad desde una posición de privilegio, puede que no signifique mucho pero hoy, en la educación superior, todos los estudiantes que pertenecen al 50% de las familias más vulnerables pueden estudiar sin endeudarse en 32 universidades, oferta que este año se amplió a seis institutos profesionales y seis CFT. Además, en 2018 la gratuidad en educación superior universitaria, profesional y técnica se extenderá al 60%. Asimismo, eliminamos el copago en los establecimientos que reciben recursos públicos, de manera que más de 290 mil escolares que pagaban por su colegio, actualmente estudian gratis sin cambiarse de establecimiento. Al concluir el periodo serán alrededor de 420 mil.

Y como la lucha contra la desigualdad comienza desde la cuna y debe prolongarse en el tiempo, estamos fortaleciendo y ampliando la cobertura de Chile Crece Contigo hasta cubrir el primer ciclo de la Educación Básica. En el mismo sentido, hemos aumentado en 50 mil los cupos para educación inicial, y bordearemos los 70 mil en 2018, casi triplicando el incremento registrado entre 2010 y 2014.

Por otro lado, con la reforma al Seguro de Cesantía se reajustaron las tasas de reemplazo (de 50% al 70% del promedio de remuneraciones del último año) y se duplicó el tope máximo.

Además, se amplió la protección para un segmento de trabajadores y trabajadoras que presentan mayor precariedad laboral. A ello debe agregarse el fin del proceso de eliminación del 5% de la cotización de salud para personas mayores que pertenecen al 80% más vulnerable; y la extensión del subsidio único familiar que cubría al 40% de las familias más vulnerables y pasó a abarcar al 60%, beneficiando así a la clase media.

Las cifras son indesmentibles, Chile es hoy un país más justo e inclusivo, y quienes intentan soslayarlas solo buscan generar una percepción de fracaso del gobierno de la Nueva Mayoría.

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