Las lecciones que dejó el incendio en Londres




Las dantescas imágenes mostradas por los canales de televisión la semana pasada, del incendio que afectó a un edificio de 24 pisos en Londres y que dejó cerca de 60 muertos, no sólo recordó el triste caso del siniestro que sufrió a la Torre Santa María, en 1981, en pleno corazón de Providencia, sino que además puso en la palestra el tema de la seguridad en la construcción.

Muchos empezaron a preguntarse qué tan confiables son los edificios en que viven y si los materiales utilizados son los idóneos, por ejemplo, para resistir el fuego o la actividad sísmica tan frecuente en nuestro país.

En Chile se ha avanzado mucho en aumentar los estándares exigidos a las empresas constructoras, principalmente tras el terremoto del 27 F que dejó al descubierto debilidades en la calidad.

Sin embargo, en materia de legislación contra el fuego sólo existen normas oficiales para determinar el comportamiento frente al fuego de materiales específicos, pero éstas no abordan las edificaciones como un proyecto integral. El Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU), a través de la Ordenanza General de Urbanismo y Construcción (OGUC), da a conocer exigencias mínimas que deben cumplir las edificaciones, entregando consideraciones generales para la protección pasiva que incluye el concepto de compartimentación y la protección activa, sin diferenciar según el tipo de material utilizado.

En esta línea, y buscando contribuir en este tema, como Instituto Chileno del Acero (ICHA) hemos realizado diversas acciones con el objetivo de entregar, al mercado nacional, información técnica que permitan comprender, aplicar e incorporar los últimos avances tecnológicos como la protección activa para la protección contra el fuego en nuestro tema: las estructuras de acero.

Dando un paso más allá, hemos sugerido incorporar algunas modificaciones a la OGUC, relativas a la incorporación de sprinklers o rociadores, que son elementos activos que permiten abordar de forma temprana un siniestro, de manera de mejorarla en el ámbito de las exigencias que se hacen a la construcción de edificios (tanto habitacionales, como industriales o comerciales) en lo relativo a la seguridad ante posibles incendios.

Además, es de suma importancia una mayor incorporación de herramientas tecnológicas a la hora de iniciar un proyecto de construcción. Hoy, por ejemplo, existen softwares que permiten a los ingenieros estructurales analizar de manera rápida y sencilla la respuesta térmica y mecánica de las estructuras para verificar su nivel de seguridad y optimización incluyendo el factor incendio en las etapas iniciales del proyecto.

Estamos convencidos que, trasladando la ingeniería de protección contra el fuego a la fase temprana de diseño de los proyectos, tanto estructural como de arquitectura, se pueden optimizar los esfuerzos.

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