Cuando comenzaba su actual gobierno, la presidenta Michelle Bachelet comentó en una entrevista que ella no quería ni estatuas o calles con su nombre y que estaba dispuesta a sacrificar su capital político para lograr que a Chile le vaya bien. Curiosamente, nadie estaba proponiendo estatuas o calles con su nombre.

Sus declaraciones probablemente fueron un síntoma de su propuesta refundacional al país. Asumo, tal vez equivocadamente, que la Presidenta cree que ese será su legado, a saber, un país nuevo y cuyas bases son supuestamente mejores a lo que teníamos antes. Tan convencida debe estar del carácter refundacional de su gobierno, que repitió el mensaje de las calles y estatuas en una entrevista reciente. Es que le debe parecer razonable que alguien que cambia el país desde sus bases, sea reconocido con calles o estatuas.

Lo anterior llama a pensar cuál será el legado del ex presidente Piñera si es elegido nuevamente. Creo que no es suficiente mostrar que se puede ser eficiente en el gobierno y hacer muchas cosas en diferentes ámbitos. Eso no logrará motivar a los electores para que se levanten a votar. Esto además tiene la dificultad que los recursos serán muy escasos por la herencia de años de crecimiento mediocre y un gasto fiscal desmedido.

Creo humildemente que el ex presidente debería ofrecer al país un programa de modernización. Cambios que permitan dar un salto a más desarrollo, tanto en el corto como en el largo plazo.

Un programa de modernización tiene la dificultad que requiere cambios drásticos en la asignación presupuestaria. No es suficiente administrar la continuidad, es necesario rebalancear las prioridades y hacer cambios de fondo (pero no contra culturales). Por otra parte, tiene la ventaja que es fácil de consensuar cuando se hace bien.

Por ejemplo, en materia económica, hay que retomar la política de concesiones para contar con la infraestructura de un país moderno y las consecuentes ganancias en productividad. También se deben aumentar notablemente los incentivos a la innovación y al emprendimiento, por ejemplo, extendiendo la ley I+D a las empresas que compren emprendimientos beneficiarios de Start Up Chile (lo que se conoce como corporate venture capital).

En materia de educación hay un mar de medidas que tomar y parece imposible tener una lista completa. Sin embargo, dentro del marco de un programa de modernización, creo importante avanzar en la enseñanza a programar desde la etapa escolar y en tener un sistema de educación pre escolar que sea realmente de excelencia -especialmente para los niños más pobres- que incluya psicopedagogos, terapeutas educacionales, fonoaudiólogos, directivos de primer nivel, entre otros.

Respecto de la administración del Estado, urge avanzar en digitalización y usos de herramientas de análisis de Big Data, como Machine Learning, tal como lo han hecho en países como Nueva Zelandia. Esto permitirá una mejor focalización de los subsidios, mejor administración del Estado –por ejemplo, permitiría fiscalizar los sueldos públicos como lo quiere hacer el Contralor-, y daría mayores facilidades en lo cotidiano a los ciudadanos que son beneficiarios de programas públicos y reducir trámites innecesarios.

Se pueden mencionar varias alternativas pero el punto no son las ideas en concreto. Lo importante es que el relato incluya un mensaje de modernización, de avance hacia la sociedad del futuro. Porque un país moderno sí puede ser un legado valorado por todos (y tal vez, digno de calles y estatuas).