Migraciones y el cuadro de apendicitis en Chile




La Presidenta Michelle Bachelet anunció hace algunos días el programa "Chile Te Recibe", firmando un decreto con el que se crea una visa especial para niños, niñas y adolescentes (NNA), y se elimina el pago de los aranceles de las visas para este grupo. En concreto, este programa – que pretende beneficiar a cerca de 31 mil personas - supone que, para que un NNA acceda a una visa de residencia, no necesitará más documento que su certificado de nacimiento debidamente legalizado, separando su situación migratoria de la de sus padres.

Aunque lo anterior nos parece un gran avance, consideramos que el Estado continúa implementando medidas "parche", es decir, necesarias, pero insuficientes. Aunque la Presidenta anunció el aumento de recursos humanos, tecnológicos y operativos en 15 gobernaciones del país, así como la implementación de oficinas móviles de extranjería, pensamos que el programa "Chile Te recibe" requiere mucho más que eso.

En primer lugar, se necesita un marco normativo respetuoso de los derechos humanos, y no uno como el actual, que fue dictado en otro contexto socio-político muy distinto, que no tiene un catálogo de derechos humanos, que no promueve la regularización migratoria de las personas y que no responde a los estándares internacionales en esta materia. En segundo término, hace falta un cambio profundo en la institucionalidad migratoria. Algunos quisiéramos y consideramos necesario que la administración de las migraciones no se radique en un departamento, sino en un servicio, y que no esté bajo el alero (o, al menos, no solo bajo el alero) de un ministerio que resguarda la seguridad pública, pues el ejercicio del derecho al libre tránsito no está intrínsecamente relacionado con la seguridad de la Nación. Sin embargo, cambie lo anterior o no, es claro que el Departamento de Extranjería y Migración tiene una significativa falta de personal e importantes problemáticas de procesos, lo que hace que las personas deban esperar muchísimo tiempo por un permiso de residencia, o por la respuesta a un recurso administrativo, llegando esto último a demorar hasta tres años.

Así, aplaudimos y agradecemos la medida, pues denota el compromiso de Chile en respetar los derechos de este grupo, en cuanto personas en situación de vulnerabilidad. Sin embargo, consideramos que ese mismo ímpetu debiera reinar, por ejemplo, a la hora de promover la existencia de un debido proceso administrativo en materia de migración y asilo, o al momento de buscar maneras de disminuir los plazos de espera para las personas migrantes y la enorme carga de trabajo para quienes laboran en el Departamento antes señalado. Con la misma fuerza, esperamos que el ejecutivo presente, luego de muchas promesas, un proyecto de ley de migraciones respetuoso de los derechos humanos.

Con todo, la situación actual, a nuestro juicio, es asimilable a un cuadro de apendicitis. Una persona con un cuadro como este necesita de una cirugía de extracción de su apéndice, es decir, de un órgano que no está bien. Puede, efectivamente, eludir por algunas horas la operación y tomar fármacos que pueden ser útiles para paliar el dolor. Sin embargo, con ello no ataca el problema en sí mismo. Es más, algunos medicamentos pueden esconder la verdadera dolencia, impidiendo ver cuál es el auténtico problema de fondo respecto del cual hay que hacerse cargo. Si ello ocurre, la apendicitis puede pasar a peritonitis, un cuadro más grave y difícil de atacar.

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