No es sólo cristiano




El partido con Australia ya está en la basura. Si se juega así, no hay opciones de título. Fue un encuentro inaprovechable, extraño e inútil. ¿Conclusiones? Muchas, pero negativas. Antes de una semifinal me parecen insignificantes. Subrayar lo que sufrimos antes de enfrentar a Portugal lo encontraría nefasto. No lo voy a hacer.

Además, que a Chile, con las potencias de verdad, le crece la dentadura. Con España, Brasil, Alemania y las finales con Argentina, el espesor de la camiseta se dilata. No tengo dudas de que será distinto. Contra Portugal, volverá el Chile real, ése que valoran todos los técnicos acá en Rusia. Ésta es una final anticipada. Jugarán el campeón de América contra el de Europa. Sin guardarse nada, sin equipos mixtos, sin reservas, con los planteles que recibieron la copa. No como Alemania, que hizo lo contrario.

La primera misión es entender que el rival no sólo tiene una luz. No es Cristiano y 10 más. Acá hay un conjunto. Tiene espíritu y sabe lo que quiere. A su técnico le importa el trofeo en la mesa por sobre un juego glorificado. Esta frase suya no se me olvida: "Hacer fútbol espectáculo no me importa si no soy campeón de Europa". En la cancha lo ratifica. Portugal no sale a devorar al rival; espera, piensa y ejecuta. Sabe aguantar, goza de inteligencia y no se aflige.

Santos dosificó y el equipo no lo resintió. Tienen una forma de accionar que se origina en cinco pilares. 1. Su prioridad es la faceta defensiva. 2. Es profundo por los costados. 3. Bernardo Silva (duda) es fundamental, técnico, rápido, imprevisible. 4. Juego aéreo a balón parado. 5. Cristiano resuelve.

No se construyen en torno a su goleador, pero sí es un imán. Lo buscan, ya que se desplaza rápida y silenciosamente por toda la franja ofensiva. De manera mixta y en la zona que se mueva debe sufrir la marca de Chile. Corretearlo tomado del brazo es un desperdicio.

Por momentos no se extrañen que Portugal se recoja, ceda terreno y regale la pelota. Es una fórmula conocida y muy seductora para el oponente. Podríamos ver varios episodios con Medel y Jara jugando cerca de la mitad de cancha. Eso es un riesgo. Descubrirse ante su velocidad y la fineza de Cristiano sería un suicidio.

El entusiasmo ofensivo de Chile será real, pero quedar sin ropa atrás puede ser el gran pecado. Tengo la seguridad de que Chile despierta hoy; sólo le pido que no crea que lo único que brilla es CR7. Es la luz principal de la fiesta, pero hay otras ampolletas a quemar antes de que nos encandilen.

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