¿En que pais vive la Presidenta?




En el Chile real, durante el gobierno de Michelle Bachelet la reducción de la pobreza se ha desacelerado, la tasa de desempleo ha aumentado y la creación de empleos asalariados está estancada. La delincuencia ha crecido significativamente y los chilenos miran el futuro de nuestro país con mas pesimismo que nunca.

En su discurso de ayer la Presidenta se vanagloria de haber gastado mucha plata, lo cual es cierto. Pero también es cierto que muchos de esos recursos se han gastado principalmente en crear mas burocracia, en contratar operadores políticos y a veces incluso en financiar con recursos de todos los chilenos sueldos y pensiones millonarias para sus correligionarios. Poco o nada de esa plata ha contribuido a generar mejores condiciones de vida para los chilenos de hoy y mañana. Peor aun, el enorme aumento del gasto público se ha realizado sin consideración a la disminución de la capacidad de Chile de generar la riqueza para financiarlo. Por lo mismo, la deuda pública y el déficit fiscal se han duplicado, a pesar del fuerte incremento en las tasas de impuestos.

No por mucho hablar de equidad y progreso social estos se hacen realidad. La mala gestión de este gobierno, de la cual se escucho cero autocrítica en el discurso de la Presidenta, ha contribuido significativamente a que el crecimiento económico durante la actual administración sea inferior a 2% promedio anual. Esto lo convertirá en el peor cuatrienio desde la crisis de deuda externa de 1982-1983. Sin la creación de riqueza que viene con el crecimiento económico, es imposible financiar el progreso social. Sin progreso económico, justicia y equidad son solo palabras vacías. Es fácil prometer gratuidad universitaria, lo difícil es pagar por ella. La Presidenta Bachelet, fiel a la tradición populista latinoamericana, promete cosas sin la plata para financiar su promesa.

La aprobación ciudadana del actual gobierno y de la Presidenta no supera el 30%. No podemos suponer que un 70% de los chilenos son lesos o hiperpolitizados. Estas encuestas están dando cuenta de un rechazo a la forma en que Michelle Bachelet y la Nueva Mayoría han conducido este país y a las reformas que han introducido. Cuando la Presidenta dice que la economía está sana, se equivoca. Cuando la Presidenta pide paciencia para que sus reformas den frutos, también se equivoca. El camino por el cual la Nueva Mayoría ha conducido a Chile en estos cuatro años nos lleva al despeñadero económico y social. Pedir continuidad para la obra de este gobierno, como lo hizo la Presidenta en su discurso, es pedir que sigamos conduciendo a Chile hacia el barranco. Chile necesita un nuevo piloto y un cambio de rumbo para aspirar a tiempos mejores.

El bienestar y el desarrollo humano no se pueden decretar por ley y mucho menos construir con discursos. La calidad de vida de los chilenos se mejora con más y mejores empleos, mejores condiciones para emprender e invertir, más y mejor acceso a una educación de calidad y una sociedad que mira el futuro con optimismo y esperanza. Este gobierno no ha contribuido a generar ninguna de las condiciones anteriores.

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