Senadores: salvemos al Servel




Probablemente, los senadores no han reparado en la tremenda mochila que se le está cargando al Servel con la reforma electoral y la reforma a la ley de partidos. Lo digo por lo siguiente.

En primer lugar, con la reforma al binominal los distritos serán más grandes, repartiendo entre 3 y 8 escaños. Por tanto, tendremos más candidatos que en 2013. En segundo lugar, la Comisión de Probidad del Senado ha establecido barreras de entrada para formar partidos peligrosamente bajas. Si bien un partido no podrá constituirse en una sola región sino que en tres, de todas formas es un requisito de baja exigencia. Por ejemplo, si un partido quiere formarse en las tres regiones del norte, necesitaría- de acuerdo a los votos emitidos en la elección de diputados de 2013- 724 firmas. En tercer lugar, aunque las barreras de subsistencia quedaron en 5% de los votos o cuatro congresistas en dos regiones distintas, de todos modos si un partido no alcanza ese umbral, le será muy fácil volver a inscribirse y constituirse. En cuarto lugar, se sugiere reducir los espacios para realizar campañas. Suena razonable evitar que la propaganda electoral afecte el normal funcionamiento de la ciudad, pero estrechar esos espacios puede generar un efecto escasamente mencionado: más violencia electoral.

La tarea de fiscalización del Servel incluye a todos los candidatos para todos los cargos. Imaginemos lo que sucederá en el distrito que agrupa a las comunas de Santiago, Providencia, Ñuñoa, Macul, La Granja y San Joaquín. En 2013 compitieron- en los tres antiguos distritos- 25 candidatos a diputado. Dado que con la reforma las listas podrán competir con un candidato adicional al número de escaños a repartir, en este distrito- que distribuye 8 cupos- las listas podrán presentar un máximo de 9 candidatos. Si hay 5 listas en competencia, es posible que en ese distrito se apersonen 45 candidatos. Pero eso no es todo. También están los candidatos a CORE. Las comunas del distrito pertenecen a tres circunscripciones provinciales que, en total, agruparon a 71 candidatos. Cuando a la Región Metropolitana le corresponda elegir a sus 5 senadores, se podrían agregar otros 20. Por tanto, no es descabellado pensar que en el distrito transitarán- sin contar a los presidenciales- más de 100 candidatos. ¿Tendrá el Servel la fuerza, atribuciones y recursos para controlar tal magnitud de candidatos? En total, en 2013 hubo 470 candidatos a diputados, 1382 a CORE y 67 al Senado.

Ese es el primer gran desafío. El otro es la fiscalización de las elecciones internas de los partidos y, por cierto, todo el proceso de inscripción y constitución de partidos. Si las barreras de entrada son bajas, el Servel deberá inscribir y constituir partidos de manera muy periódica. Luego, si esos partidos no alcanzan el umbral, el Servel deberá proceder a su disolución, atendiendo también aquellos casos donde exista fusión de partidos. Ciertamente, dado las bajas barreras de entrada, esos partidos disueltos nuevamente intentarán inscribirse y constituirse. Así, se producirá un ciclo que terminará con un Servel atosigado y con escasa capacidad para atender todas sus funciones.

Esto también generará problemas para los votantes. Ante tanto candidato pululando en el distrito, será difícil identificar el cargo al que postula cada quien. Luego, ya en la cámara secreta- y con papeletas enormes- el acto de votar tardará más, lo que podría generar largas colas en los centros de votación. En 2013 las aglomeraciones hicieron pensar, por un minuto, en que la participación iba al alza. Pero no. Esa aglomeración respondía al tiempo que el ciudadano tardaba en emitir su voto. No fueron pocos los que- ante el voto voluntario- decidieron regresar a casa. Generalmente, las elecciones en octubre y noviembre van acompañadas de temperaturas que, para algunos, superan lo tolerable. Por último, y respecto a la restricción de espacios para hacer campaña, se debe ser muy cuidadoso. Dado que habrá más candidatos y menos espacio, es muy posible que aumenten los eventos de violencia electoral.

Los senadores están frente a una decisión crítica. Por todo lo que he señalado acá, es necesario que las barreras de entrada para formar partidos aumenten. El efecto del número de partidos no sólo impacta sobre los costos de información de los votantes, sino que también en una institución como el Servel. Si no hay consenso para pasar del 0,25% de las firmas al 0,5%, al menos se puede modificar la base de cálculo. Es decir, que las firmas estén en función del padrón y no de los votos emitidos en la última elección de diputados. Senadores: salvemos al Servel.

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