Los Tres: ¿cómo dejarse caer? La trastienda del debut y la llegada a Sony

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Los Tres.

Carlos Necochea, director artístico y uno de los fundadores de Alerce, cuenta los entretelones del primer álbum de Los Tres, un clásico del rock nacional contemporáneo que, con su marcada temática política en respuesta al fin de la dictadura de Pinochet, se transformó en un tomo irrepetible en el catálogo de la banda y que atrajo en su momento las miradas de Jorge Melibosky y de Sony.


“Ese disco, a mi juicio, es uno de los discos más marcadores de Los Tres. Yo escucho ahora que hablan de Fome y de una serie de discos más… Seguro que hicieron trabajos superiores después, pero ese disco tenía una impronta maravillosa, sobre todo en la temática”, dice Carlos Necochea, director artístico de Alerce y productor del álbum debut de Los Tres, editado el 4 de septiembre de 1991 y grabado en el verano del mismo año.

Tírate

Aquel 4 de septiembre de 1991, miércoles, faltaba una semana exacta para el 11 de septiembre. Ese mismo día se cumpliría un año y medio desde el 11 de marzo de 1990, fecha en que el régimen del dictador Augusto Pinochet llegó a su fin. "En este disco hay críticas sociales muy fuertes, y muy fuertes a Pinochet, es un disco bastante más social", añade Necochea. "Mi favorita es 'La primera vez', porque -a mi juicio- es muy buena, muy decidora de la época".

Alerce, discográfica fundada por Ricardo García y Carlos Necochea, tenía un trabajo importante en la difusión de la Nueva Canción Chilena y el Canto Nuevo, pero se mantenían abiertos a las nuevas tendencias. "En aquella época empezamos a grabar desde los BBS Paranoicos hasta Los Miserables", acota Carlos, mientras explica cómo Los Tres llegaron a sus oídos: "En algún minuto se me acercó Angelito Parra —que yo lo quiero mucho, porque yo trabajé con su padre mucho tiempo en la peña, entonces somos amigos del alma— y él tanto como la Javiera tenían proyectos musicales. Angelito me llevó un proyecto con Álvaro Henríquez, estaban trabajando en un grupo que se llamaba Los Tres. Inmediatamente, yo los escuché y me di cuenta de que era justamente lo que Alerce tenía que empezar a hacer para hacer la transición de una música a otra, en términos de ediciones. O sea, no podíamos quedarnos pegados en los Inti Illimani, los Parra, los Quilapayún y los Illapu, teníamos que avanzar. Y avanzar no más, porque el tiempo es inexorable".

Carlos recuerda que la conversación con Ángel Parra y Henríquez duró dos minutos: "Fue como 'Ya, ¿cuándo grabamos?'. Y grabamos en Filmocentro, en Jorge Washington, y fue como lo hacíamos en Alerce nosotros normalmente: con una libertad absoluta para que los músicos y los artistas diseñaran sus producciones y nosotros las avalábamos. Yo, a lo más, como director artístico, hacía observaciones de algunas cosas y agregados de otras, pero nunca interviniendo en el trabajo de ellos. No es el trabajo de Alerce saber cuánto es el porcentaje sino que la difusión".

Me regalé

Tan importante era para la filosofía de Alerce la difusión del artista nacional que, cuando una transnacional se fija en Los Tres, Necochea decide no vender el contrato, sino regalarlo. Jorge Melibosky, el hombre que andaba en busca de una nueva gran banda local para Sony, y que venía de trabajar con La Ley en Polygram, era el interesado en Los Tres: "Sony no tenía ninguna vocación de pop ni de rock, tenía una vocación como de vocalistas latinos contemporáneos. Eso hasta que llegué yo, que venía con otro input, de hacer La Ley en Polygram, y estaba entusiasmado con el tema del rock nacional. Salí a buscar una banda y, después de mucho dar vueltas, me encontré a Los Tres y los encontré con Carmen Romero, cosa que era un valor agregado no menor, sobre todo si piensas que en aquellos días no había managers calificados para manejar bandas. A los dos minutos me di cuenta de que ella la tenía clara, de que era una profesional del área y que podíamos hacer un gran trabajo".

Pero, por entonces, Los Tres estaban en Alerce. Melibosky conocía a Necochea, pero no eran cercanos. "No es que fuéramos desconocidos, pero tampoco éramos íntimos amigos. Lo llamé por teléfono y le conté la situación. En una reunión conversamos respecto al tema. Y Carlos, en un acto que para mi gusto lo engrandece y demuestra la clase de ser humano que es, la categoría humana que tiene, pudiendo haberle pedido a Sony 3, 10, 20 pesos —lo que fuera, lo que la compañía estimara por esta supuesta pérdida—, él prioriza al artista y el desarrollo del repertorio nacional y los deja partir a la Sony conmigo, sin pedir nada, ni siquiera un punto de royalty, nada. La oportunidad no se iba a presentar dos veces para Los Tres. Y por eso digo que es un gesto que enaltece tanto a Carlos, porque Carlos era uno de los dueños de Alerce, y era una decisión que a nivel de pesos le iba a doler. Para mi gusto es de una gran estatura humana y comercial, porque perdió en la pasada, claro que perdió. Porque era un artista que tenía desarrollo y años después eso se dio".

Necochea señala que el debut de Los Tres fue muy importante para Alerce, y también para la banda. Hace memoria de la recepción que tuvo y cómo empezaban a ganar reconocimiento. Poco antes de hablar en persona con Melibosky aparecieron Ángel Parra y Álvaro Henríquez para contarle de la posibilidad de irse con una multinacional. "Ellos fueron a hablar conmigo, Álvaro y Angelito, a decirme que había una oportunidad de internacionalizar su trabajo, y yo les dije que Alerce jamás iba a tener esa posibilidad, que no teníamos las condiciones ni sabíamos hacerlo ni teníamos los mecanismos para moverlos por el mundo y llevarlos a viajar. En ese tiempo las multinacionales ponían un montón de plata por estas cosas. A Jorge González le pagaron un millón de dólares por hacer su primer disco".

Se me va

Los Tres tenían, de acuerdo a Necochea, contrato por tres discos. "Hablé con Ricardo García y le dije, mira, estamos en esta situación, nosotros no vamos a poder hacer esto. ¿Y cuál es el interés de Alerce? Que el artista se conozca y su trabajo se muestre. Así que llamé a Melibosky y lo cité a almorzar en la casa vieja, en Chile España, y le dije, sabes qué, ¿ustedes están interesados en Los Tres? Tomen a Los Tres, ya. '¿Y cuánto es, Carlitos?', me dijo. 'Nada, poh. Nosotros no vendemos contratos, no nos dedicamos a eso. Hagan un buen trabajo no más, difúndanlos bien, trabajen bien con ellos', le dije. Y ellos lo hicieron bastante bien. Así fue cómo le traspasamos el contrato a la Sony".

Melibosky, que estuvo en Sony hasta mediados de los años noventa, explica: "Los primeros años de los noventa no había ningún país de Latinoamérica que estuviera interesado en el repertorio chileno. Luché en Polygram, en EMI y en Sony por colocar a artistas chilenos en el extranjero. Y cuando te hablo de lucha es lucha, pero no había ningún interés. Y por un tema de números, no es un tema de talentos. La resistencia a llevar talentos chilenos para afuera de parte de las compañías era muy alta, porque el negocio era muy malo. Yo los llevé a la Sony y empezamos un proceso de desarrollo con ellos, para sacar un poco la cultura local y poder producir discos y canciones que tuvieran importancia fuera de Chile, que fueran un artista exportable. En fin, todas las condiciones que una transnacional busca en un artista para poder desarrollarlo".

Melibosky no alcanza a participar del proceso del Unplugged de Los Tres, hito que es posterior a su estadía en la compañía, ni menos Fome. Pero, ya en el primer disco con Sony, Se remata el siglo, el director regional entendió el potencial que Melibosky vio en la agrupación. "Yo perdí 100.000 dólares con el primer disco de Los Tres, pero me ascendieron y subieron el sueldo. Habíamos vendido muchas unidades de un artista que Sony no comprendía y que abría fronteras. Los viejos me dijeron 'adelante mi comandante y tráigame más' (dice riendo), cuando yo pensé que me iban a despedir por haber perdido dinero en un proyecto. El director regional –que no hablaba español- me dijo 'oye, Jorge, tú tranquilo, si no es que vamos a perder 100.000 dólares, vamos a ganar como 30.000.000 de dólares'. En ese momento no lo entendí, creía que el caballero estaba siendo condescendiente y buena onda. Pero no era así, él estaba viendo el desarrollo en México, Estados Unidos, en América Latina, viendo todo el desarrollo que se podía hacer. Desde acá era muy difícil mirar esa perspectiva".

Feliz de perder

Necochea reflexiona sobre el traspaso de Los Tres a Sony, y sobre la filosofía de Alerce. "Alerce siempre fue eso, nuestro interés siempre fue difundir. En algún momento le dije a Tito Fernández que se fuera a trabajar a la IRT porque iban a difundirlo mejor, y después volvió igual con nosotros. El trabajo de Alerce obedecía eso, había cero egoísmo, otra actitud, o sea, nosotros queríamos mucho a los artistas. Además, cómo les iba a decir al Angelito y Alvarito, '¡No! ¿Sabes qué? ¡No! ¡Tienen que grabarme dos discos más!'" (Ríe).

En Se remata el siglo, el segundo álbum de la banda y primero bajo Sony, Álvaro Henríquez estampa una dedicatoria, agradeciendo a Necochea. "Él me llamó para decir gracias por darles la posibilidad de liberarse y de tener nuevos rumbos. Yo fascinado y feliz de que les haya ido como les fue. El más orgulloso soy yo de que les vaya bien. Lo importante es que se hagan las cosas, no importa quién las haga", dice. "En el primer disco ellos dirigieron musicalmente, ellos fueron los verdaderos productores musicales del disco, yo solo me limité a registrarlos, avalarlos y dirigirlos en la grabación, y chao. Además, Germán Bobe desgraciadamente tuvo que soportar que en Alerce no teníamos recursos para hacer lo que se llamaban los videoclips (que para nosotros eran palabras absolutamente extranjeras). Él propuso a través de Álvaro y Angelito hacer tres videítos cortos, que yo creo que el pobre sufrió con ellos, porque todo el esfuerzo económico que hizo nosotros tratamos de solventarlo al máximo. Lo hizo con el talento que él tiene".

El ingeniero en sonido, Jorge Esteban, fue llamado a realizar las grabaciones y la mezcla final del debut junto a la banda. "Era un ingeniero de sonido muy rockero, y yo empecé a captarlo para lo que queríamos mover en Alerce, música más de rock, más de jazz. Los asistentes fueron Claudio Espinoza y Jorge Saravia. Yo destaco cuatro temas de ese primer disco que me parecen muy importantes: 'La primera vez', 'Flores secas', 'Un amor violento' y 'He barrido el sol'".

Dejarse caer

Años después del traspaso de Los Tres a Sony, llegaría el elogiado Fome y —antes de ello— el Unplugged, ambas secuelas del tercer disco, el exitoso La espada & la pared. Un regalo de Necochea, y una herencia de Melibosky, Los Tres se abrían ya paso como fuera. Melibosky lo ve así: "Sony hereda a Los Tres, pero el sello no tenía ninguna vocación de rock. Los viejos ejecutivos de Sony me tiraban a Los Tres por la cabeza, me decían que este artista no se va vender, que este artista es muy difícil, que no creemos que esto funcione. Me los tiraban por la cabeza. Y no solamente los ejecutivos chilenos, los de afuera también. Pero, bueno, el talento de ellos se impuso en los años venideros", sentencia.

Sobre el lugar de la banda en el rock nacional, comenta: "Les tengo mucho afecto en lo personal. Los Tres son columna vertebral, así como Los Prisioneros desde otro ángulo y La Ley desde otro ángulo. Desde el ángulo del pop rock chileno, del rescate de nuestras raíces, de la búsqueda en profundidad de lo que hay dentro de nuestra cultura para poder exportarlo masivamente, ellos son columna vertebral. Lo que han hecho es fantástico, no solo su propia música, que es lo que está puesto en los discos, sino que lo que han ido rescatando con La Negra Ester, con la recuperación del Tío Roberto, de las cuecas. Es fantástico el trabajo que han hecho en la historia".

Para Necochea, la gracia del debut de Los Tres es que resalta al máximo la química de la unión por vez primera de todas las partes. “Tiene la entrada de Angelito al grupo, eso se mezcla con las sensaciones que traía Alvarito de Concepción, de lo que Angelito aportaba de acá, se juntaron todos y por eso fue tan bueno. En cuanto a arreglos, ellos tenían bastante avanzado todo el tema, súper armado y ellos son bastante profesionales y, además, existía una cosa que a lo mejor te parecerá rara, y es que el lote que grabábamos en Filmocentro, la gente de Alerce, era un lote de puros amigos. Todos ayudábamos en lo que fuera. Lo importante era que el disco se hiciera bien, y eso resultó”.

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