Los grandes ganadores y perdedores de los Oscar 2024

Fue un triunfo inapelable. El largometraje basado en el padre de la bomba atómica cumplió con los pronósticos y dominó las principales categorías de la 96° versión de los Oscar, incluyendo Mejor película, Mejor director, Mejor actor (Cillian Murphy) y Mejor actor de reparto (Robert Downey Jr.). Totalizó siete reconocimientos, un número que en los últimos 15 años sólo ha alcanzado Todo en todas partes al mismo tiempo (2022).

Tras acumular unas cuantas omisiones, Christopher Nolan saboreó la gloria y recibió la primera estatuilla dorada de su carrera de manos del mismísimo Steven Spielberg. Sólo se le escapó el galardón a Mejor guión adaptado, pero esa no fue una gran sorpresa: todos los análisis apuntaban a que Cord Jefferson ganaría por su trabajo en su celebrada ópera prima, American fiction.

Aunque generó simpatías en la industria, Pobres criaturas nunca lució como una amenaza seria para Oppenheimer durante la temporada de premios. También es cierto que, si la cinta de Nolan no hubiera estado en carrera, probablemente la película del griego Yorgos Lanthimos hubiera sido la gran triunfadora de esta edición.

El cuidado trabajo detrás de la confección del mundo del filme –comenzando por una versión steampunk de Londres– y la caracterización de sus personajes entusiasmaron a los votantes de la Academia, que le otorgaron tres trofeos técnicos. En dos de ellos superó a Barbie, que abandonó el Dolby Theatre sólo con una distinción (Mejor canción original) y la satisfacción de haber animado algunos de los momentos más aplaudidos de la velada.

Más difícil de anticipar era la victoria de Emma Stone, quien tenía al frente a Lily Gladstone (Los asesinos de la Luna). Finalmente se impuso por su impecable encarnación de Bella Baxter, una mujer que vuelve a la vida con un cerebro de recién nacida y se maravilla y decepciona en su primer viaje por el mundo. A sus 35 años alzó el segundo Oscar de su trayectoria, tras el que obtuvo por su protagónico en el musical La la land (2016).

La Academia ha hecho esfuerzos por volverse más global en los últimos años y eso se ha traducido en que cada vez se ha vuelto más frecuente ver a cintas no habladas en inglés en las principales categorías (Roma, Parasite, Drive my car). Este año el listado de nominadas a Mejor película se consolidó como el más internacional de todos los tiempos, gracias a la inclusión de Zona de interés, Anatomía de una caída y Vidas pasadas (hablada en coreano e inglés, pero con producción mayoritariamente estadounidense).

Ese hito tuvo plena continuidad durante la entrega de premios. Zona de interés sumó dos galardones (Mejor película internacional, Mejor sonido) y Anatomía de una caída se apoderó del Oscar a Mejor guión original. Tres triunfos acentuaron esa tendencia: El niño y la garza en Mejor película animada, Godzilla Minus One en Mejores efectos visuales y 20 Days in Mariupol en Mejor documental.

Sin embargo, las alegrías no fueron para todos. Bien lo saben las chilenas La memoria infinita y El Conde, que no pudieron imponerse en sus respectivos apartados. Lo mismo ocurrió con las españolas La sociedad de la nieve y Mi amigo robot, que se tuvieron que conformar con haber llegado a la máxima instancia de Hollywood.

El octogenario cineasta se presentaba con un filme soberbio, Los asesinos de la Luna. Salvo la omisión de Leonardo DiCaprio en Mejor actor, había conseguido todas las candidaturas que se pronosticaba cuando se reveló el listado de nominados. Sin embargo, los académicos no parecieron tan impresionados con su largometraje más reciente –su aproximación a la oleada de asesinatos de la Nación Osage, un episodio vergonzoso de la historia de Estados Unidos– y le negaron la sal y el agua durante la ceremonia.

De esa forma, el autor de Toro salvaje (1980) igualó el récord negativo que registró con Pandillas de Nueva York y El Irlandés, que lograron cero estatuillas de diez postulaciones en 2003 y 2020, respectivamente. Esta vez su carta más sólida era Lily Gladstone, descomunal en el rol de Mollie Burkhart, quien venía de obtener el espaldarazo de sus pares en los Premios del Sindicato de Actores. Habría sido el primer triunfo de una mujer indígena en la categoría de Mejor actriz y se habría unido a Ellen Burstyn como ganadora de ese reconocimiento por una cinta de Scorsese. Ambos hitos tendrán que esperar.

La Academia ama las películas biográficas, ama las transformaciones físicas y ama a las grandes estrellas que se convierte en directores. En ese sentido, Maestro cumplía con todos los requisitos para ser una contendiente de temer en los Oscar. A pesar de totalizar ocho menciones, en todos estos meses el filme de Bradley Cooper sobre Leonard Bernstein nunca adquirió esa dimensión. De hecho, del listado de diez nominadas –uno de los más robustos de los últimos años, vale decir– era probablemente una de las más débiles.

Anoche su única chance real era la categoría de Mejor maquillaje y peinado, pero perdió ante Pobres criaturas. Cooper, candidato en tres apartados (Mejor película, Mejor actor, Mejor guión original), completó una racha negativa difícil de creer: ha aspirado al galardón en 12 ocasiones y siempre se ha retirado con las manos vacías.

Los ninguneos a Los asesinos de la Luna, Maestro y La sociedad de la nieve encabezaron una jornada para el olvido para las cintas impulsadas por las plataformas de streaming. La única alegría la tuvo Netflix con La maravillosa historia de Henry Sugar, la adaptación de Wes Anderson de una historia de Roald Dahl, que se impuso en Mejor cortometraje de ficción.

Con esa victoria, el director de El Gran Hotel Budapest (2014) alcanzó el primer Oscar de su carrera. Eso sí, no acudió a la ceremonia en Los Angeles. Según contó más tarde, no se trató de un desdén a la Academia (ni a la compañía que lo respaldaba), sino que de un problema de agenda: está a las puertas de iniciar las filmaciones de su nuevo largometraje.