Cómo una polémica final de Serena Williams inspiró la intensa historia de Desafiantes

Cómo una polémica final de Serena Williams inspiró la intensa historia de Desafiantes

El alabado filme protagonizado por Zendaya se sostiene en un guión del estadounidense Justin Kuritzkes, quien lo empezó a escribir después de la controversial final del US Open 2018 que la menor de las Williams perdió ante la japonesa Naomi Osaka. “Me llamó la atención como una situación intensamente cinematográfica”, asegura en una conferencia a la que asistió Culto. En la misma instancia la estrella de Euphoria explica por qué el proyecto la conquistó.


La final del US Open 2019 se anticipaba como un momento electrizante. Se enfrentaban Serena Williams, quien buscaba su Grand Slam número 24 (con lo que igualaría la histórica marca de Margaret Court), y Naomi Osaka, quien aspiraba convertirse en la primera tenista japonesa en conquistar un torneo de esa envergadura en el circuito profesional.

Osaka se impuso cómodamente en el primer set (6-2), pero el segundo fue un capítulo aparte. El juez portugués Carlos Ramos sancionó a la estadounidense por supuestamente haber recibido instrucciones de su entrenador, algo que está prohibido durante el desarrollo del partido. En los minutos siguientes se dirigiría a ella para informarle que había cometido otras dos violaciones del código de conducta: por romper su raqueta y por gritarle “ladrón”. Williams respondió llamando a los encargados del torneo por el supuesto trato “sexista” del umpire, mientras los asistentes al Arthur Ashe Stadium le brindaban su apoyo mediante abucheos a Ramos.

OSAKA SERENA US OPEN

La japonesa se terminó quedando con el set (por 6-4) y con el torneo. Pero ese día todo estuvo teñido por la amarga disputa entre la multicampeona y el juez del encuentro. Incluso la ceremonia de premiación fue un momento incómodo, con el público expresando su descontento con el resultado y Osaka estallando en lágrimas en una jornada que se suponía debía ser de pura celebración para su carrera y su país.

El dramaturgo y guionista estadounidense Justin Kuritzkes vio esa final como espectador y no quedó indiferente. Sin ser un fanático del tenis, advirtió un potencial dramático en ese episodio que le despertó cierta curiosidad. “Me llamó la atención como una situación intensamente cinematográfica”, indica en una conferencia a la que asiste Culto.

Kuritzkes empezó a imaginar un diálogo entre las dos protagonistas de ese tenso partido. “Por alguna razón, simplemente hizo clic en mi mente. Bueno, ¿y si realmente necesitaras hablar de algo? ¿Y si fuera algo más allá del tenis? ¿Y si fuera algo que estuviera pasando entre ustedes dos? ¿Y si se tratara de la persona que está al otro lado de la red? ¿Cómo mantendrías esa conversación y cómo podrías comunicar la tensión de esa situación utilizando las herramientas específicas del cine? Entonces, sí, ahí fue donde realmente empezó todo para mí”.

Ese fue el combustible para comenzar a escribir el guión de Desafiantes (Challengers), la película –ya disponible en salas el país– sobre el triángulo amoroso que se forma entre tres tenistas que se conocieron en su época de juniors, Tashi Duncan (Zendaya), Patrick Zweig (Josh O’Connor) y Art Donaldson (Mike Faist). Todos son personajes ficticios que nacieron como parte de un proceso creativo que Kuritzkes inició ese 8 septiembre de 2018, en su búsqueda de intentar especular en torno a qué ocurre en la cabeza de los deportistas “en un nivel más profundo y dramático”.

El proyecto llegó a las manos de la productora Amy Pascal y luego convenció a Zendaya, quien se involucró como protagonista y productora. La estrella de Euphoria se interesó a pesar de que “no sabía nada sobre tenis. Lo único que realmente sabía de tenis era Venus y Serena (Williams)”.

“Simplemente me enamoré del guión. Era brillante. También me puso muy nerviosa, creo que debido a lo complicados que son estos personajes. Creo que también porque no podía definir qué tipo de película era. Era muy divertida, pero no diría que era una comedia. Tenía drama, pero no diría que era sólo un drama. Y tenía tenis, pero no era como la típica película de deportes. Así que creo que esa sensación, de que era como todo esto a la vez de una manera hermosa, fue aterradora pero igualmente estimulante y emocionante”, explica la actriz.

El italiano Luca Guadagnino, el cineasta detrás de Llámame por tu nombre (2017) y Hasta los huesos (2022), fue la primera opción de los realizadores para asumir la silla de director. “Cuando Amy (Páscal) me envió el guión, yo estaba trabajando en otra cosa. Y me llamaba cada media hora para preguntarme si lo estaba leyendo o no. Y finalmente tuve que leerlo mientras trabajaba. El guión era fantástico. Los personajes eran increíbles. La estructura era tan cinematográfica que inmediata e instintivamente sentí que el esfuerzo artístico que podríamos reunir junto a Amy, Zendaya y Justin sería fantástico”, plantea.

Según la perspectiva de Zendaya, Guadagnino comprendió rápidamente el material del que estaba hecho filme. “Él entendía el tipo de película que queríamos crear. Él entendía a estos personajes en un sentido tan profundo que estábamos bromeando sobre qué tipo de loción ella usaría antes de irse a la cama por la noche. Esos son los pequeños detalles que me hacen decir: ‘Dios mío, conoces a esta mujer. La entiendes. La ves’. Y tenía el mismo instinto para todos los personajes”.

La narrativa de Desafiantes se articula en torno a una final de un modesto torneo que enfrenta a Patrick Zweig y Art Donaldson en 2019, y donde Tashi Duncan, ahora la esposa y entrenadora de Art, observa el partido desde su asiento. A partir de ese momento la cinta revisa los distintos instantes de unión y ruptura entre los tres, cuando eran unos adolescentes cargados de sueños y deseo sexual.

“Es muy, muy difícil contar una historia centrada en varias líneas de tiempo diferentes y, sin embargo, que nunca te confunda y la historia avance constantemente. Además, es muy raro que las películas comerciales traten sobre relaciones adultas y sobre sexo. Yo estaba harta de eso. Entonces, pensé que ya era hora de que la gente se besara en las películas. Y no había mejor director para darle vida a eso que Luca”, sostiene Amy Pascal.

Uno de los aspectos que ha generado más fascinación es el final del largometraje, un momento estrictamente cinematográfico que, según detalla Guadagnino, demoró ocho días de rodaje.

“Básicamente fuimos desde lo más general hasta cada pequeño gesto. Nos adaptamos, hasta que entendimos que la secuencia final tenía que comenzar como una secuencia sin diálogos que iba a ser muy clara para todos en el público, para entender el incremento emocional que se formó allí. Su concepción y el rodaje llevó mucho tiempo. Y luego mucho trabajo de postproducción”.

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