La intención del gobierno de Javier Milei de privatizar a los clubes argentinos ha encontrado distintas formas de resistencia. Los hinchas, por ejemplo, se han manifestado a viva voz en contra de la iniciativa. Entre las referencias más ilustres, César Luis Menotti, emblemático entrenador que condujo a la Albiceleste a su primer título mundial y quien es considerado como el mentor de una escuela, también ha reparado en la inconveniencia de la conversión, aludiendo incluso al raigambre cultural de las entidades desde su fundación. “Privatizar un club es como robarle la plata a un trabajador. Los clubes los hicieron los socios con mucho sacrificio de mucha gente que pasó por el club. No se trata de inventar cosas. Ojalá salgan a pelear los socios para que los clubes sean de los socios. Esto de privatizar los clubes y transformarlos en un negocio les sirve solamente a los que hacen los negocios”, declaró el legendario técnico.
Los clubes, por cierto, también se han rebelado. De hecho, hace algunas semanas, coordinadamente y a través de sus cuentas en las redes sociales, expresaron su intención de mantener la orgánica actual, en la que los socios son la principal autoridad. En ese marco, una mención al fútbol chileno y al presunto perjuicio que han generado las sociedades anónimas en la actividad se suma al intenso debate.
Mirada hacia Chile
Cristian Malaspina, presidente de Argentinos Juniors, ejemplifica con el fútbol nacional su resistencia al modelo. “Pregúntale a Chile cómo le está yendo a la selección chilena después de las Sociedades Anónimas. ¿Ves? Analicemos todo. Acá es fácil. A mí me enseñaron que en un plato entra un solo bife. Entonces si acá quieren hacer negocio y comer de más, va a salir mal. ¿Hay que hacerlo bien? Sí, seguro, pero sí tú haces las cosas mal el sistema mismo te expulsa”, dispara la máxima autoridad de los Bichos Colorados.
El directivo defiende, también, la actividad que ejerce. “Los dirigentes deportivos es lo más castigado que existe de todas las actividades que tengo. Rendimos exámenes todos los domingos. Estás obligado a hacer las cosas bien, porque el fútbol demuestra con este verso de las sociedades anónimas que el dirigente que hace las cosas mal se va a casa. Entonces, no me vengan a hablar de sociedades anónimas, los clubes somos esto”, puntualiza.
“Se acaba todo”
Su visión respecto de la inserción de capitalistas es catastrófica. “Hay que hacer las cosas bien, con honestidad, con gestión, manejando un club como una empresa, pero con gente de adentro”, sostiene, en relación a cómo hay que gestionar a las instituciones deportivas, que en Argentina tienen una presencia en la vida social mucho más intensa que en Chile.
“Dejemos de romper las bolas, defendamos la industria nuestra, nuestros clubes, porque donde venga el negocio, se acaba todo esto y no es lindo que se acabe”, sentencia Malaspina.