Metaverso, más robots en casa y hogares que se anticipan a nuestros deseos: así será el futuro próximo según las grandes tecnológicas
Después de un año con versión híbrida, el Mobile World Congress —evento más trascendental de innovación y tecnología móvil— vuelve a mostrar los avances de las grandes compañías. Lo que predomina en sus pasillos son las realidades virtual y aumentada, mucha robótica y una conectividad completa entre las personas y los objetos en sus casas.
Esta semana, mientras el invierno comienza lentamente a despedirse de Barcelona, arrancó una nueva versión de la Mobile World Congress, la feria de tecnología móvil anual más importante del mundo. Organizada por la GSMA —la entidad global que organiza y representa a cientos de operadores móviles alrededor del mundo—, la feria se desarrolla en los amplios salones de la Fira, el principal centro de eventos de esta ciudad, tal como ha sucedido desde el 2006.
Como era de esperar, el primer día arrancó con grandes novedades, aunque por la pandemia el evento no está copado de stands ni de público como en años anteriores. De todos modos, se aprecia una gran cantidad de gente rondando por los pasillos, con muchas novedades que ver y probar, además de poder apreciar una amplia panorámica para entender hacia dónde va la industria de la tecnología.
En ese sentido, más allá de los diversos productos, novedades y lanzamientos que se exhiben en cada rincón, lo más interesante de descubrir son justamente las tendencias que aquí se asoman y que pueden marcar el camino de la tecnología de los próximos años. Estas han sido las más relevantes hasta ahora.
Metaverso
Sin duda, el metaverso es el concepto que más se ha visto presente este año en la feria y también el que más conversación genera. La promesa de mundos y micro sociedades virtuales ha vuelto a estar de moda, a partir del cambio de rumbo que dio Mark Zuckerberg a Facebook —desde fines del año pasado la compañía se llama Meta— tras las inmensas críticas que ha recibido en los últimos años. Nuevamente, la realidad virtual y sus posibilidades (en complemento con la realidad aumentada) están en el centro de atención, no sólo por su siempre sorprendente efecto sensorial, sino también por las múltiples posibilidades que han emergido a partir del despliegue de las redes 5G —muchísimo más veloces y estables que sus predecesoras—, entre otros avances tecnológicos.
Las estimaciones proyectan que el mercado del metaverso podría alcanzar los mil millones de dólares antes del 2030. Y un estudio reciente de Accenture mostró que las empresas ya están duplicando su apuesta por la realidad virtual y aumentada, con un 88% de las organizaciones mundiales invirtiendo en tecnologías para crear entornos virtuales. En poco tiempo más, estar presente en el metaverso será similar a lo que significaba hace veinte años tener un correo electrónico o un nickname en la web.
Es entendible: las posibilidades que ofrece esta nueva generación de realidad y espacios virtuales es prácticamente infinita e involucra a todos los sectores del quehacer humano. Por ejemplo, clases virtuales remotas donde los alumnos, mediante sus avatares, van a estar presentes en el mismo “espacio”, e independiente de dónde se encuentren podrán interactuar entre ellos y con su profesor. Y si es una clase de historia, ¿por qué no realizarla exactamente en el periodo que se está enseñando? Con el metaverso todo eso (y muchísimo más) será posible.
Y a juzgar por la fuerte apuesta que ha mostrado Telefónica en el marco de la feria —la compañía incluso presentó un espacio virtual que replicaba su stand físico a escala real, con una capa social donde los asistentes pueden recorrer el stand en forma de avatar—, la cosa se viene fuerte. Ya era hora.
Ecosistema doméstico digital
Más allá de productos individuales, lo que buscan las principales marcas de tecnología es crear un ecosistema digital doméstico, donde todos los asistentes virtuales, productos, accesorios y gadgets de una misma marca puedan conversar entre sí, relacionarse y automatizar los procesos de entretenimiento, aseo o seguridad.
Esperan que el consumidor actual adapte sus rutinas y experiencias automáticamente a su estado emocional, físico y digital. Esta batalla, que hasta ahora se ha librado principalmente en los smartphones y wearables, ya se trasladó definitivamente al ámbito doméstico y los aparatos del hogar.
El objetivo —al menos para las personas— es que nuestros dispositivos y aplicaciones estén asociados a servicios que simplifiquen y potencien al máximo las experiencias. Ojalá, claro, sin la necesidad de contratar nuevos servicios, instalarlos y mucho menos programarlos. La competencia es feroz, porque la empresa que diseñe el ecosistema digital más completo y atractivo será la que definitivamente conquiste al consumidor y lo invite a seguir utilizando otros productos complementarios.
La intención es transformar la casa en un “hogar inteligente” que se anticipe a las necesidades de sus habitantes. Así, con una mezcla de dispositivos, redes, inteligencia artificial e Internet de las cosas, poco a poco la automatización hará que nuestras viviendas estén “vivas”. Puede ser a través de sensores, capaces de detectar cuando un habitante de la casa vaya a entrar al domicilio, de abrirles la puerta automáticamente al momento en que el usuario se acerque, para luego encender las luces, modificar la calefacción, poner una lista de música para la ocasión o que la tele se encienda a cierta hora. Eso y muchísimas otras posibilidades —desde riego automático y controlado remotamente hasta sistemas de seguridad y vigilancia— ya están al alcance del público.
Samsung, Apple, Huawei, Microsoft, Xiaomi, Google y la gran mayoría de las grandes tecnológicas están apuntando hacia esa posibilidad, con distintos acentos pero todos con una meta en común: transformar la casa en espacio inteligente y brindarle el mayor confort y comodidad a sus usuarios.
Telepresencia holográfica
Todos recordamos esa imborrable escena de La Guerra de las Galaxias, cuando Luke Skywalker y Obi-Wan Kenobi ven una proyección holográfica de la Princesa Leia, que les envía un importante mensaje desde R2D2. Era algo sorprendente, demasiado futurista en su momento, pero que hoy ya es una realidad y bastante mejorada.
La telepresencia puede que no sea algo realmente tan nuevo. De hecho, diversas versiones de hologramas han sido presentadas de manera experimental desde hace décadas. Pero no ha sido hasta hoy que distintas empresas han empleado nuevas y más directas tecnologías para generar imágenes volumétricas de una persona u objeto que puede estar a miles de kilómetros de distancia.
¿Los resultados? Parecen sacados de una película de ciencia ficción, donde la “presencia virtual” en tres dimensiones puede interactuar con otras personas, mientras ellas, por ejemplo, caminan alrededor o se comunican directamente.
Aquí mismo, Telefónica hizo una interesante demostración de esta tecnología, donde la española Carolina Marín, campeona olímpica y mundial de bádminton, se encontraba físicamente en Madrid pero estuvo “presente” en el stand de la compañía a través de una reconstrucción volumétrica de la deportista en tiempo real.
El proceso para que funcione es interesante: una sala de captura volumétrica con doce cámaras recogen la imagen y volumen de la persona en su interior, lo que genera 50 gigabits de información por segundo que son procesados en tiempo real por un software en servidores de alto rendimiento. El holograma luego es enviado a todas las personas que se conectan al evento de telepresencia vía 5G, ya sea desde un PC, tablet o lentes de realidad aumentada. Una maravilla que hace pensar en múltiples usos.
Robótica
No diremos que la robótica es algo nuevo. De hecho, hace muchos años que varios procesos industriales son realizados por piezas robóticas automatizadas. Pero en este caso, estamos hablando de robots algo más parecidos a los que podemos ver en una obra de ficción. Robots que, con algunos rasgos de apariencia humana o animal, son capaces de realizar múltiples tareas domésticas, desde el aseo de pisos con robots de limpieza cada vez más eficientes e “inteligentes”, hasta robots de ayuda física, monitoreo perimetral e incluso uno que las hace de barman.
En cuanto a robots de aseo, Samsung tiene una avanzada línea de aspiradoras independientes con inteligencia artificial, las JetBots, que son capaces de detectar pequeños objetos en el piso —como juguetes— y evitarlos. Lo mismo sucede con desechos orgánicos. El Jetbot reconoce que no sería muy buena idea tratar de aspirar caca de perro, por ejemplo. Además, son capaces de realizar rutinas y circuitos de manera independiente (o programada), volver a su estación de carga y vaciar toda la basura acumulada en recipientes ubicados en la misma estación.
Telefónica presentó al famoso “perro robot” Spot, de la norteamericana Boston Dynamics, la máquina independiente de cuatro patas que ha sido protagonista de múltiples videos virales en redes sociales. Por cierto, Boston Dynamics —hoy propiedad de Hyundai— es la misma que también fabrica esos robots que hacen piruetas y gimnasia. Sí, ya son una realidad.
La compañía española también mostró a un curioso y simpático bartender robot 5G, llamado Kime. La experiencia, desarrollada por la empresa sevillana Macco Robotics, pone a un robot humanoide que es capaz de mezclar tragos y bebidas y servirlas sin derramar una gota. Además posee reconocimiento facial, trato personalizado a clientes registrados y respuestas en varios idiomas, gracias a su conectividad 5G.
Tal como dijeron en la presentación, la robótica está dando el salto desde el sector industrial, donde ya es ampliamente utilizada para la producción en serie, a otros sectores de nuestra economía, especialmente la doméstica. Esta vez, al parecer, de forma imparable.
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