Marcel, versión 2024

El tercer año del economista a cargo de Hacienda será decisivo para las pretensiones oficialistas de aprobar las reformas y recuperar mayores tasas de crecimiento. Sin embargo, la cercanía de las elecciones exige al ministro apurar el tranco, intensificar su pragmatismo y afinar su estrategia de negociación. En medio de estos desafíos, los analistas creen que Marcel deberá involucrarse aún más en la reforma previsional y evitar un deterioro de la salud de las finanzas públicas.


El rechazo de la Cámara de Diputados a la idea de legislar la reforma tributaria la tarde del miércoles 8 de marzo de 2023 se convirtió en la mayor derrota de Mario Marcel en lo que va de gobierno y también en el comienzo de un desgaste político y de popularidad, de la mano de una economía que coqueteó con la recesión en 2023. Un año después del episodio, sin embargo, el titular de Hacienda enfrenta un escenario distinto, aunque no menos exigente.

El comienzo de este año para el ministro de mayor tonelaje del gabinete ha tenido un sabor agridulce. Mientras el crecimiento de la economía alcanzó un 2,5% en enero pasado, la mayor variación positiva desde mediados de 2022, el IPC subió más allá de lo esperado en febrero y generó la primera señal de alerta de que la ruta para bajar la inflación será más lenta de lo esperado. Y si bien Marcel recuperó su nivel de aprobación ciudadana de hace casi un año en la encuesta Cadem de febrero, el mismo sondeo en marzo lo posicionó nuevamente a la baja.

Precisamente, la recuperación del crecimiento de la economía y el empleo serán algunos de los grandes desafíos este año para el economista de Cambridge, junto a la aprobación de un diluido pacto fiscal y la reforma de pensiones. Además, deberá evitar que la materialización de compromisos de campaña como la condonación del Crédito con Aval del Estado (CAE) se salgan de los bordes aceptables para las escuálidas finanzas públicas, entre otros.

Pero la cercanía de las elecciones municipales de fines de año y de comicios presidenciales en 2025 deja un espacio limitado al gobierno y exige a Marcel negociar las reformas con celeridad, antes de que el “ruido”electoral contamine las posibilidades de consenso político con la oposición.

“Marcel desconfía del Congreso. No en términos institucionales y democráticos por cierto, sino que por su composición y conducta legislativa. Por tanto, no se hace muchas ilusiones respecto a sacar adelante el pacto fiscal y la reforma previsional. Por eso mismo, da la impresión de que su esfuerzo irá dirigido a mejorar los niveles de crecimiento y reducir el desempleo”, describe el académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales.

El cientista político cree que al jefe de las finanzas públicas y al gobierno le queda una carta para salir airoso con las reformas. “Esa carta es Evelyn Matthei (alcaldesa de Providencia). Si ella quiere ser Presidente, entonces es el momento de mostrar generosidad y apertura para alcanzar acuerdos. Es a ella a quien debe buscar el gobierno, poniendo a prueba su voz de mando dentro de la coalición. Si todos estamos de acuerdo en que hay que sacar una reforma previsional, necesariamente el gobierno deberá pactar con Matthei, compartiendo eso sí el éxito de esa reforma. Lo mismo con el pacto fiscal. Probablemente, y a raíz del contexto de las elecciones, en esta nueva etapa de negociación sea más prudente que el gobierno haga uso de una estrategia de negociación personalizada en Matthei que en un ‘pirquineo’ constante de votos en el Congreso”, reflexiona Morales.

La misma ministra del Interior, Carolina Tohá, definió esta semana las prioridades insalvables del gobierno en el segundo tiempo. “El primer desafío del gobierno es que la ciudadanía perciba un mejor momento económico y un mayor control de la situación de seguridad. Lo segundo, que tengamos una respuesta en pensiones y pacto fiscal. Debemos poner en juego todas nuestras capacidades para construir un camino con el Parlamento, porque no tenemos las mayorías”, reconoció Tohá en entrevista con La Tercera.

02/02/2024 MARIO MARCEL, MINISTRO DE HACIENDA FOTO: MARIO TELLEZ / LA TERCERA

¿Cambio de estilo?

Durante el “primer tiempo” del gobierno el poder de negociación de Marcel fue de más a menos, coinciden los analistas. Luego del rechazo a la idea de legislar de la reforma tributaria, el intento por consensuar el pacto fiscal y la reforma de pensiones ha sido estéril. Durante 2023 Marcel también cargó la “mochila” de un gobierno desgastado, una economía frágil y con alta inflación, y los coletazos de los casos de corrupción detectados en diversas fundaciones.

En un intento por dar vuelta el complejo panorama, el ministro designó en marzo del año pasado al embajador de Chile ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Francisco Saffie, como secretario técnico de los denominados diálogos tributarios y encargado de liderar la conversación entre todos los sectores para viabilizar el segundo intento del gobierno para impulsar una reforma tributaria.

Este año, sin embargo, Marcel optó por afinar su estrategia y no incorporar a Saffie como un interlocutor frente al mundo político y técnico. “Marcel acostumbra a no delegar y busca negociar personalmente los grandes temas, lo que es su fortaleza y, a veces, una debilidad. Este año seguirá esa línea”, reconoce un exasesor de Teatinos 120.

Fuentes de gobierno también confidencian que si la estrategia del año pasado del gobierno fue buscar “amplios” acuerdos políticos en materia de reformas con la oposición, este año el objetivo es avanzar con metas menos ambiciosas. “La idea es lograr que salgan adelante las reformas, aunque aquello signifique no lograr acuerdos tan amplios con la oposición”, dice una asesora oficialista, quien reconoce a RN como un partido clave para lograr los votos necesarios y aprobar las reformas.

Para los analistas, además, Marcel deberá ceder aún más en el diseño de las reformas e involucrarse de lleno en el cambio previsional, que hoy lidera la ministra del Trabajo, Jeannette Jara.

“Me parece que ante la falta de tiempo para seguir negociando y dados los costos sociales y económicos que genera la falta de acuerdos, el ministro de Hacienda puede jugar un rol más activo en diversos ámbitos, pero será necesaria una dosis mayor de pragmatismo (...) Deberá estar dispuesto a ceder más de lo que ya lo ha hecho, dada la falta de mayorías en el Congreso”, afirma el coordinador macroeconómico de Clapes UC, Hermann González, quien cree que Marcel debe jugar un rol más preponderante en alinear a los demás ministros que tramitan proyectos con impacto económico.

“Más que reinventarse o afinar su estilo, diría que es necesario que Hacienda se involucre más en el diseño y tramitación de proyectos que van más allá de su dependencia directa. El gobierno debería dar más espacio y aprovechar los conocimientos, la experiencia de Marcel para sacar adelante los proyectos prioritarios. En el caso de la reforma previsional, esto es especialmente evidente”, añade el economista.

Para el coordinador académico del Centro de Estudios Públicos (CEP), Sebastián Izquierdo, la tarea de persuasión de Marcel con su propia coalición este año será clave. “Ya pasada la primera mitad del mandato, los próximos dos años estarán marcados por elecciones, lo que sabemos añadirá tensión al ambiente político. En este contexto, la tarea de persuasión será aún más compleja. Si las reformas propuestas son modificadas sustancialmente para alinearse con las preferencias ciudadanas, podrían tener más posibilidades de éxito en este periodo electoral. Para lograrlo, el principal desafío será convencer a facciones oficialistas de que lo planteado en el programa original de gobierno debe quedar atrás”, sostiene Izquierdo.

Alejandro Fernández, socio de Gemines, es más escéptico con las posibilidades del oficialismo de avanzar en las reformas y con la habilidad negociadora del ministro. “(Marcel) debería reinventarse y estar dispuesto a ceder más de lo que ha estado dispuesto hasta ahora, pero hay varios obstáculos que debe superar para enfrentar con mayor éxito estos desafíos. Por una parte, tiene un problema estructural: es muy porfiado y es difícil que cambie su forma de enfocar los problemas y, por otro lado, tiene otro problema estructural en el gobierno. La base dura de apoyo al Presidente, Apruebo Dignidad, no tiene interés en sacar adelante proyectos en los que no cree y prefiere que no pase nada antes de votar algo que sería una ‘concesión a la derecha’”, cree el economista, quien alerta por los efectos “destructivos” que ha tenido la conducta de Republicanos en su relación con Chile Vamos.

“Las élites no quieren acuerdos, quieren seguir polarizando y no se ve un centro fuerte y no populista que derrote a los dos extremos. En resumen, no veo a Marcel logrando gran cosa en el poco tiempo que tiene por delante, simplemente porque no va a poder, no lo van a dejar, y porque él tampoco tiene la habilidad y flexibilidad política suficiente”, sentencia Fernández.

El desafío principal

Pero más allá de la vereda de las reformas, los economistas creen que el principal desafío de Marcel será recuperar el alicaído crecimiento económico y también mantener la salud de las cuentas fiscales.

“El principal desafío del ministro Marcel para este año será reactivar la economía. Lamentablemente, el año pasado experimentamos un crecimiento prácticamente nulo, en contraste incluso con América Latina, y los primeros dos años de este gobierno marcan un triste récord desde el retorno a la democracia. Es esencial cambiar este rumbo y revitalizar la política económica (...) Alcanzar la meta de déficit fiscal representa un desafío significativo en sí mismo. Aún más complejo resulta en una economía estancada, lo que dificultará casi hasta el punto de hacer imposible la tarea de satisfacer las necesidades sociales”, dice Izquierdo, del CEP.

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Alejandro Fernández cree que el ministro de Hacienda deberá necesariamente priorizar sus “batallas”, dado el clima reinante en su propia coalición y la pronta llegada de las elecciones: difícilmente la crisis por la que atraviesa la salud, por ejemplo, será una prioridad para Marcel y la tarea por encauzar los cambios y las magnitudes a la condonación al CAE será difícil, sostiene.

“En reactivación es poco lo que podrá hacer porque el gobierno no tiene vocación de crecimiento, por lo que solo el impulso fiscal puede ayudar algo por la vía de ejecutar el presupuesto, especialmente en la parte de inversión, pero también es una pelea interna”, agrega el economista de Gemines.

En el primer año de gobierno la economía tuvo un crecimiento de 2,4%, mientras que el año pasado el PIB anual cayó un 0,2%. En promedio, este ha sido el peor desempeño económico en los primeros dos años de un gobierno desde el retorno a la democracia.

Según las últimas proyecciones del Banco Central, este año la economía se expandirá entre el 1,25% y el 2,25%. En 2025, a su vez, el crecimiento se situará entre 1% y 2%, estima el instituto emisor.

Hermann González, de Clapes UC, cree que si bien el crecimiento económico no depende solamente de las acciones del ministro de Hacienda, cree inevitable que Marcel deba responder por los resultados económicos de los cuatro años de gobierno.

“Los últimos dos años han sido muy malos en materia de crecimiento, en parte debido al ajuste que debía hacer la economía después de la expansión desmedida de 2021. Sin embargo, eso no quiere decir que el gobierno no haya tenido nada que ver con este pobre desempeño. Por el contrario, es evidente que la alta incertidumbre económica de este período impactó negativamente a la inversión, al crecimiento económico y a la generación de empleos”, advierte.

Pero el economista de Clapes también añade que otro desafío clave para el jefe de las finanzas públicas será jugar un rol más activo en la coordinación de los ministerios sectoriales y evitar que se tomen medidas que impacten negativamente a la inversión.

“Desde el punto de vista de la función específica de Hacienda, un desafío será cumplir con las proyecciones de consolidación fiscal que contemplan las proyecciones oficiales. Esto implica avanzar decididamente en el cierre del déficit estructural este año y el próximo y estabilizar la deuda pública por debajo de su nivel prudente de 45% del PIB. Una de las mayores contribuciones que puede hacer este ministerio al crecimiento económico y a la provisión sostenible de políticas públicas es mantener el orden de las cuentas fiscales”, concluye González.

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