El último megaterremoto ocurrió hace 100 años: preocupación por nuevo enjambre sísmico en el norte

El último megaterremoto ocurrió hace 100 años: preocupación por nuevo enjambre sísmico en el norte.

Cuando transcurre mucho tiempo sin un gran evento telúrico se denomina como GAP sísmico, ya que es una zona que no "se rompe" en un largo período. En este caso, ocurrió en la Región de Atacama en 1922. Se teme que puede volver a suceder.


El último registro confiable que existe de un gran terremoto en el Norte Grande de Chile, corresponde al ocurrido en Vallenar en 1922, hace un siglo, el que llegó a 8,5 Mw. Este registro geológico evidencia que la zona no ha liberado la energía correspondiente en un largo período, lo que aumenta considerablemente las posibilidades de que un gran evento telúrico vuelva a ocurrir.

Justamente, en la última semana, varios sismos han sacudido la zona, fenómeno conocido como enjambre sísmico, lo que ha generado ciertas preocupación en sismólogos, científicos y de la comunidad en general, ya que un megaterremoto como el descrito, perfectamente podría volver a presentarse en el corto o mediano plazo.

El último megaterremoto ocurrió hace 100 años: preocupación por nuevo enjambre sísmico en el norte

El Centro Sismológico Nacional (CSN) reveló que el primero de éstos se registró la tarde de ayer (jueves) en Vallenar, a las 14.04 de la tarde. Con una magnitud de 3,8 Ml, tuvo una profundidad de 62 km. Luego, en Tongoy, a las 18.17 ocurrió otro episodio telúrico, en esta oportunidad de mayor magnitud, alcanzando 4,5 Ml y una profundidad de 42 km.

Este último tuvo una réplica posterior a las 19 horas de 3,1 Ml y la misma profundidad. Hoy ya se registran tres más, todas cercanas a 3 Ml.

Pablo Salucci, geógrafo de la Universidad Católica y académico de la Universidad San Sebastián, señala que siempre es importante tener en cuenta nuestra realidad sísmica. “La zona que se observa, históricamente he tenido grandes eventos, por lo que hay que tomar ciertas precauciones. Por ejemplo, el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), ha puesto énfasis en la zona norte, sobre todo en relación a simulacros”.

Casas destruidas en el centro de Vallenar.

Salucci establece que este tipo de situaciones sismológicas son conocidas como “GAP sísmico” (espacio o brecha en inglés). “Es una zona que no ´se rompe´ desde ya bastante tiempo, justamente desde el terremoto de Atacama en 1922”.

“Particularmente el peligro está asociado a que ha aumentado de forma importante el uso de la costa en la zona. Si bien hay una condición de vulnerabilidad, dado que ha pasado mucho tiempo desde el último terremoto, hoy en día tenemos mucha ocupación, por lo que hay un mayor número de gente expuesta a un sismo y/o tsunami, aumentando el riesgo (desde tomas al crecimiento orgánico de la ciudad)”, añade Salucci.

Si bien este enjambre sísmico no implica necesariamente que vaya a ocurrir un gran terremoto, son señales que tanto sismólogos, geólogos y geógrafos toman en cuenta como posible presagio de la llegada de un eventual evento telúrico en un país como Chile.

Salucci explica que esencialmente debido al tiempo que ha pasado, “se proyecta un evento de gran magnitud, que se ha evaluado que superaría una magnitud de 8,8. Y sobre este escenario, el sismo estaría acompañado de un tsunami”.

Aunque en 2014 ocurrió un gran terremoto en la zona, “no fue lo que se esperaba, ya que solo ´se rompió´ un tercio de lo proyectado”.

Ubicación de las placas Sudamericana y de Nazca, sobre la costa chilena, las que incidirían en el posible megaterremoto.

Las características de este posible gran terremoto generan preocupación, ya que se podría acercar bastante al gran sismo de Valdivia en 1960, que llegó a 9,5 MW, considerado el más potente de la historia desde que existe registro.

También generaría un tsunami, arrasando con el área costera del lugar, afectando a casi un millón de personas en Arica, Iquique, Tocopilla, Mejillones, Antofagasta y Taltal, entre otros.

El último megaterremoto ocurrió hace más de 100 años

Una situación algo similar se vivió en abril de 2022. En menos de una semana, sismológicamente hablando, el norte de Chile vivió dos momentos complejos.

El 4 y 5 de mayo de ese año, Los Vilos fue testigo de una seguidilla de más de 40 temblores, muchos de ellos superiores a 5.0 Mw, mientras que cinco días después, un terremoto de magnitud 6,8 sacudió a Socaire, 3.500 metros sobre el nivel del mar.

Según reportó el Centro Sismológico Nacional de Chile en ese entonces, el sismo se produjo a una profundidad de 255 kilómetros a las 19.06 de la tarde, 60 kilómetros al este de la localidad, con latitud -23.371 y longitud -67.349.

Además de Socaire, el sismo impactó en Sierra Gorda, Quillagua, Calama, Mejillones y Tocopilla, entre otros, señaló la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior (Onemi).

Salucci considera que la posibilidad de un terremoto de importancia es latente. “Los terremotos intraplaca son menos frecuentes en nuestro país con respecto a los interplaca, y por lo mismo, tenemos menos registros e investigación de estos eventos, pero pueden ser muy peligrosos. Basta recordar el terremoto de Chillán de 1939, que fue un sismo intraplaca que hasta hoy es el que mayor número de víctimas fatales ha generado”.

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