¿Cuándo un sismo se considera terremoto?

¿Cuándo un sismo se considera terremoto? Foto referencial.

Si bien estamos habituados a sentir temblores, no se debe ignorar un evento que puede transformarse en una emergencia.


Dos fuertes temblores han encendido las alarmas de los chilenos recientemente, los que han recordado a la población que nuestro país puede sufrir un terremoto en cualquier momento.

Se trata del pasado movimiento de magnitud 6.6 registrado a 52 kilómetros al noreste de Lonquimay el 16 de julio, que llega siete días después del sismo de magnitud 5.6 del 9 de julio, reportado en Farellones, ambos ocurridos durante un día domingo.

Ante lo habituados que estamos en Chile a la ocurrencia de estos eventos, por el constante impacto de la placa de Nazca por debajo de la placa Sudamericana donde se sitúa el país, es necesario considerar que los sismos podrían ser identificados como terremotos dependiendo del contexto.

¿Cuáles son las escalas de medición?

Para la medición de los terremotos se utilizan la escala de Intensidad de Mercalli y la escala de Magnitud Richter, según se señala en el sitio web del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred).

—Los efectos que pueden ocasionar estos sismos dependen de la distancia al epicentro y del movimiento del suelo (desplazamiento, velocidad y aceleración) y se miden según la escala de Intensidad Mercalli, del I al XII. La energía liberada en la zona de ruptura de un sismo se mide en grados según la escala de Magnitud Richter (ej: terremoto Valdivia de 1960, magnitud 9.5 Richter), que no posee límite superior.

Es por eso que la escala de Mercalli se encuentra dividida en tres grupos, determinando su un temblor es de menor intensidad (entre I y III), mediana intensidad (V o VI) o mayor intensidad (entre VII y XII), de acuerdo al siguiente detalle:

Escala de Mercalli. Foto: Senapred.

¿Hay diferencia entre temblor y terremoto?

Si bien pareciera existir una diferencia al hablar de sismo y terremoto, como si el segundo fuera una cosa distinta de lo primero, esto no es así, por lo que conceptualmente son el mismo tipo de evento.

Así lo explica a La Tercera el sismólogo y académico de Geofísica Aplicada de la Universidad del Desarrollo, Luis Donoso, quien indica que la palabra en otros idiomas es la misma para nuestras variables en español.

Sismo, temblor y terremoto, todos son lo mismo. Técnicamente no existe ninguna diferencia. En el fondo recibe la percepción de una onda elástica propagándose.

Según explica el experto, la diferencia que realizamos en el lenguaje sólo tiene relación con el nivel de violencia con el que se manifiesta o ante la cantidad de daños que este produce.

En esa línea, una manera de diferenciar un sismo, sea en escala menor o pase a ser llamado terremoto, es consultando la base de datos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), que según explica Donoso, funciona de la siguiente manera:

—Ocurre un sismo de cualquier naturaleza en alguna parte del mundo y, a los pocos minutos ellos sacan una información, tanto para daños materiales como para personas. Si está en verde no pasó nada. Pero si pasamos a amarillo, ya nos indica un nivel de daño tanto para personas o bienes. El semáforo sigue en naranjo y rojo. Tenemos una definición técnica de lo que nosotros llamaríamos de manera genérica, y sin poder diferenciar en lo interior, lo que sería un terremoto. Independiente de la magnitud y de las condiciones, que pueden ser muy buenas como en el caso nuestro, o muy malas como en el caso de Turquía.

Un terremoto puede producirse en cualquier momento. Foto de archivo.

En tanto, antes se debía recurrir a las estimaciones en cuánto al nivel de catástrofe, según plantea el sismólogo:

—Antiguamente, lo que usted hacía era simplemente apreciar el nivel de daño y si había que decretar alguna medida de catástrofe para financiar reposición de obras públicas, bienes y servicios.

Con todo, los importantes terremotos ocurridos en la historia de nuestro país han permitido perfeccionar la norma sísmica, por lo que los eventos de menores intensidades no generan mayores daños, aunque Donoso plantea los próximos desafíos a considerar para el momento de la alerta:

Nosotros, afortunadamente, tenemos una dinámica bastante buena después del 27F, donde tenemos capacidades de respuesta rápidas. Todavía hay algunos ritos que resolver, desde el punto de vista que somos muy buenos una vez que está más o menos localizado el evento. Pero, en esa ventana desde que empieza la percepción hasta que sale el dato oficial, hay cinco minutos de neblina. Allí es donde entran los sistemas de alerta temprana en todo el planeta, porque reducen esa incertidumbre y orientan dónde fue el daño. Las primeras preguntas son: ¿Dónde fue? ¿Dónde generó más daño? Para calcular el epicentro necesito que las estaciones lo registren y luego hacer cálculos sobre esos registros. Puede salir un valor preliminar a los 2 o 5 minutos, más si es más complejo, pero en esa lógica ocurre que una red de alerta temprana va a advertir a los que aún no perciben el sismo, que se preparen, porque en los próximos segundos va a recibir una onda elástica con cierta amplitud y frecuencia, que se asocia a una intensidad sísmica. Significa que usted baja esos cinco minutos a unos pocos segundos.

Sumado a lo anterior y considerando que un temblor o terremoto pueden generar un posterior tsunami, resulta vital estar alerta en una zona costera, según indica el experto:

Si usted está en el litoral, en la playa, y tiene la percepción de un sismo y no se puede mantener en pie, es un indicador de que el sismo va a durar al menos un minuto y es de 7 hacia arriba. Si es de un minuto y medio, hablamos de una magnitud 8. Termina el sismo y se debe ir a zona de evacuación.

En esa línea, aclara que la evacuación debe realizarse de forma inmediata y que “si ven recogerse el mar es porque el tsunami ya está en desarrollo”.

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