Archivos filtrados de la policía china develan abusos cometidos en campos de “reeducación”

Turco uigur protestando por la desaparición de su familiares. Foto: AP/Burhan Ozbilici).

Miles de fotografías, órdenes de disparar a matar e historias de encarcelamientos arbitrarios son algunos de los documentos dados a conocer por un consorcio de medios, cuya divulgación coincide con la visita de la alta comisionada de Derechos Humanos, Michelle Bachelet, a China.


Un día después de la llegada de la alta comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, a China, un consorcio de medios dio a conocer documentos hackeados de la policía china que da cuenta sobre el confinamiento sistémico de musulmanes por parte de Beijing.

Los documentos, conocidos como los archivos policiales de Xinjiang y publicado por un consorcio de medios a nivel mundial, se remonta a 2018 y los piratas informáticos se lo entregaron al académico y activista con sede en EE.UU. Adrian Zenz, quien lo entregó a los medios a principios de este año. Incluye miles de fotografías de personas detenidas y detalla una política de disparar a matar para las personas que intentan escapar, indicó el diario The Guardian.

El gobernante Partido Comunista, indicó el periódico, “está acusado de detener a más de un millón de uigures y otras minorías musulmanas en la región del lejano oeste como parte de una represión de años que Estados Unidos y los políticos de otros países occidentales han calificado de “genocidio”. Además de las detenciones masivas, investigadores y activistas acusan a las autoridades chinas de llevar a cabo una campaña de trabajo forzado, esterilización forzada y destrucción del patrimonio cultural uigur en Xinjiang”.

“La verdad es que los centros de educación y capacitación en Xinjiang son escuelas que ayudan a las personas a liberarse del extremismo”, fueron las palabras en 2019 del ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, cuando le preguntaron por la existencia de estos campos.

Uigures rezando en Kashgar, ciudad de la región de Xinjiang. Archivo. Foto: AP/Mark Schiefelbein.

En segundo lugar están las historias sobre detenciones arbitrarias. Entre ellas está el caso de Yusup Ismayil, quien fue detenido tan solo por viajar a un “país sensible”, se puede leer en los documentos. Y con sensible, el Estado chino se refiere a que visitó un país con predominancia de la religión musulmana.

Otra situación similar es la de Tajigul Tahir, de 60 años. Su hijo fue detenido por “fuertes inclinaciones religiosas”, pues no bebe alcohol ni fuma. El resultado: fue encarcelado durante 10 años por cargos de terrorismo. Pero la historia no quedó ahí, ya que Tahir aparece en una lista de “familiares de los detenidos”, los que son llevados a los “campos de reeducación” bajo sospecha al ser familiares de “criminales”.

Entre las miles de tablas de datos hackeadas, se comprobó que la persona más joven encerrada era Rahile Omer, quien tenía 15 años en el momento de su detención. La más longeva era Anihan Hamit, con 73 años.

Por último, y uno de los documentos filtrados más sensibles, son las grabaciones y discursos de altos funcionarios gubernamentales.

La publicación de esta información coincidió con el controvertido viaje de Bachelet a Xinjiang. La expresidenta chilena le dijo a un grupo de diplomáticos en China el lunes que su viaje tenía como objetivo promover, proteger y respetar los derechos humanos, según indicó la agencia Bloomberg, citando fuentes que asistieron a la reunión en línea solo por invitación. Ella no dijo que era una “investigación”, aclaró la agencia.

Bachelet es la primera alta diplomática de derechos humanos de la ONU en visitar China desde 2005, y los críticos del gobierno de Beijing han expresado su temor de que las autoridades organicen toda la gira.

Cuando la alta comisionada desembarcó en territorio chino, la primera reunión oficial la realizó con el canciller Wang Yi, en la ciudad de Cantón. En dicha instancia, Yi afirmó que “para avanzar en la causa internacional de los derechos humanos, primero debemos respetarnos unos a otros y abstenernos de politizar los derechos humanos”, para luego agregar que desea que, con la visita de Bachelet, se “aclare la información errónea” sobre las acusaciones de violaciones a los derechos fundamentales por parte de China.

Alta comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, junto al canciller chino, Wang Yi, luego de la primera reunión oficial de la comisión de la ONU en el país asiático. Foto: Deng Hua/Xinhua vía AP).

La comitiva de la ONU que se encuentra recorriendo en este momento las ciudades de la región de Xinjiang fue blanco de duras críticas por parte de organizaciones de DD.HH. y del gobierno de Estados Unidos.

Cuestionaron que, de no poder probar la información, la visita se transformaría en argumentos de propaganda para el gobierno chino. Dudas que se acrecentaron cuando desde Beijing informaron que el viaje se realizaría bajo una estricta burbuja sanitaria, producto del coronavirus.

Los investigadores que dieron con estos papeles tampoco pueden definir la situación actual de los detenidos. La razón es que el hacker que accedió a los archivos logró extraer la información de los equipos hasta el año 2018, posiblemente porque en 2019 mejoraron el sistema de encriptación, indicó la cadena BBC.

Sin embargo, Zenz cree que con eso hay material suficiente como para refutar toda la campaña comunicacional que Beijing lleva realizando desde hace años.

“Tenemos documentos confidenciales. Tenemos transcripciones de discursos donde los líderes hablan libremente sobre lo que realmente piensan. Tenemos hojas de cálculo. Tenemos imágenes. Es completamente sin precedentes y destruye la fachada de la propaganda china”, dijo a BBC.

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