Caso Silala: el factor ambientalista con el que Bolivia contraataca en La Haya

Humedal norte del Silala, una de las fuentes manantiales del río (foto equipo jurídico de Bolivia).

Aunque originalmente el gobierno boliviano negaba que el Silala fuese un río internacional, esa postura fue abandonada por su equipo jurídico, que dedidicó gran parte de sus alegatos a plantear que hubo obras hidráulicas que aumentaron el caudal del Silala y que tuvieron más bien un impacto ecológico en humedales fronterizos, en vista de que las aguas tampoco eran usadas para el consumo humano, ni la agricultura ni la industria en territorio boliviano.


Fotografías y un inédito video con una toma aérea del recorrido del río Silala hasta la frontera con Chile fueron algunas pruebas con las que sorprendió el equipo jurídico de Bolivia, que este lunes le correspondió alegar ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya.

Vista aérea del cauce del Silala en el límite entre Chile y Bolivia, donde se aprecia bocatoma en el territorio chileno.

En los alegatos, la defensa boliviana dejó en claro que el cuestionamiento al carácter de río internacional del Silala ya no era un tema, a pesar de que esa fue la primera postura que asumió en 2016 el entonces Presidente Evo Morales, quien negaba esa condición y acusaba a Chile de “robar” aguas de lo que consideraba un simple manantial.

De hecho, el giro estratégico lo materializó el mismo Evo Morales en la contramemoria presentada en 2017 -pero que recién se conoció el pasado viernes- frente a la demanda iniciada por Chile ante La Haya en respuesta a sus dichos.

A ello se suma que los antecedentes proporcionados por el equipo chileno y que tampoco han sido desmentidos por el gobierno de La Paz, revelan que Bolivia nunca utilizó esas aguas para la agricultura ni la industria ni el consumo humano, salvo para el suministro de un puesto militar que fue instalado en 2006. Las dificultades geográficas tampoco permitían desviar las aguas (que surgían desde dos manantiales ubicados en medio del desierto altiplánico: el Humedal Norte y el Humedal Sur) hacia los poblados cercanos del Potosí que están ubicados a mayor altura.

En subsidio, la defensa boliviana sustentó su descargo en el impacto ecológico que habrían tenido las obras hidráulicas, que en ningún caso alteraban el curso natural del río, realizadas entre 1909 y 1928 por la compañía ferroviaria inglesa Antofagasta and Bolivia Railways (FCAB). Esta firma británica tenía la concesión de las aguas tanto de Chile como de Bolivia para usarlas en sus máquinas de vapor y también para darle suministro a la población de la región de Antofagasta.

Si bien las imágenes proporcionadas por Bolivia muestran que los canales se construyeron siguiendo el cauce natural, según el abogado estadounidense del equipo boliviano, Gabriel Eckstein, experto en derecho ambiental, “el Silala es en la actualidad y lo ha sido durante casi 100 años, un curso de agua internacional singular, con caudales superficiales aumentados artificialmente”.

Afirmó que la firma FCAB en la primera mitad del siglo XX construyó una extensa red (de canales) de 6 kilómetros para generar un mecanismo de drenaje desde los dos humedales-manantiales que dan origen al Silala.

A su juicio era un “sofisticado” y “complejo” sistema de canales y cauces que permitió que creciera el caudal del río y no necesariamente con fines sanitarios para evitar la contaminación de las aguas con insectos (huevos de moscas), como afirmó la defensa chilena el viernes pasado.

Para ello, según mostró en infografías, se hicieron excavaciones de un metro para permitir un mejor drenaje y se limpió el material orgánico descompuesto (propio de los humedales) que frenaba el avance del agua.

“No eran pequeñas acequias”, agregó en un cuestionamiento a la defensa chilena y añadió que, en algunos casos, la canalización involucraba tuberías y refuerzos de piedra y cemento, además de la instalación de bocatomas cerca de la frontera.

Diapositiva de equipo jurídico boliviano para graficar el drenaje mejorado del Silala.

“Está claro que el agua que alimenta a estos frágiles humedales se origina predominantemente de las aguas subterráneas que se encuentran en los acuíferos de roca volcánica fracturada y fallada que subyace en la frontera”, dijo Eckstein en base a un estudio científico encargado a la consultora danesa DHI.

“Estos acuíferos se recargan en parte de las precipitaciones localizadas, pero más sustancialmente de las aguas subterráneas que fluyen desde partes más distantes de la meseta y están vinculados con los acuíferos de roca fracturada que subyacen en la región”, agregó el abogado.

“Las aguas pueden tener una antigüedad de hasta 10 mil años. Esto sugiere que parte de las aguas del Silala pueden provenir de acuíferos que no reciben ninguna recarga contemporánea y, por tanto, son vulnerables al agotamiento”, expresó.

“El extenso sistema de drenaje que fue instalado en Bolivia por la compañía FCAB ha desviado más agua subterránea hacia la superficie y hacia los canales y tuberías de lo que ocurriría en condiciones naturales no canalizadas”, complementó el representante boliviano, quien precisó que el flujo “mejorado” del Silala alcanza los 160 litros por segundo, lo que estaría incidiendo en la degradación de los humedales.

Humedal Norte (izquierda) y Humedal Sur (derecha), que muestran las dos fuentes manantiales del Silala.

Los alegatos bolivianos fueron abiertos por el embajador y agente de ese país, Roberto Calzadilla.

Además de Eckstein, también expuso el francés Mathias Forteau, otro de los abogados de Bolivia, quien cuestionó la presentación de Chile contra Bolivia, donde se pedía declarar al Silala como “curso de agua internacional”, reconociendo la igualdad de derechos en el uso de sus aguas.

“El objeto de la demanda chilena es principalmente de naturaleza hipotética. Bolivia nunca, subrayo nunca, ha tomado la menor medida que haya podido bloquear, obstaculizar o impedir de alguna manera el flujo de las aguas del río Silala en territorio chileno. Tampoco ha tomado medidas de ningún tipo que hayan podido impedir al Estado chileno el uso de estas aguas”, dijo Forteau.

Este caso ante La Haya se remonta a 2016, cuando Chile presentó sorpresivamente una demanda en momentos en que se ventilaba otro caso en La Haya, que involucraba a ambos países: la acción de La Paz pidiendo a Santiago la obligación de negociar una salida soberana al mar.

Según el cronograma entregado por La Haya, para el miércoles se contemplan los alegatos orales y observaciones de Chile a la contrademanda de Bolivia, y el jueves será el interrogatorio a los expertos convocados por Chile.

Para el viernes 8 de abril se contempla el interrogatorio a los expertos convocados por Bolivia.

En todo caso, las sesiones se extenderán hasta el jueves 14.

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