Pedro Muñoz (PS), vicepresidente de la Convención, sobre caso Rojas Vade: “Hay que reparar el daño a la imagen con respuestas institucionales contundentes”

El constituyente aborda las diferencias al interior de la mesa de la Convención que quedaron de manifiesto a partir del caso del convencional Rodrigo Rojas que reconoció que no padece cáncer. "La mesa es un espacio diverso, al cual concurren distintas miradas, acerca de los distintos hechos que trascienden a lo que ocurre al interior de la Convención", dice a La Tercera.


“Complejo” es una de las palabras que más repite uno de los vicepresidentes de la Convención Constitucional, Pedro Muñoz (PS), para referirse al caso que se tomó por completo la agenda de la mesa del órgano: la revelación de que el cáncer que catapultó la carrera política de uno de sus miembros, Rodrigo Rojas Vade, era una mentira.

La noticia -que develó un reportaje de La Tercera Domingo- golpeó a todos los sectores de la institución, pero particularmente a la mesa encabezada por Elisa Loncón, que comunicó el domingo la renuncia a su puesto en la instancia de Rojas Vade y hoy buscan apresuradamente dar una respuesta institucional al caso.

En ese sentido, Muñoz aborda la dificultad que tendrá que sortear la Convención y lo que podría significar una eventual salida del ex Lista del Pueblo del órgano. “Más allá de las posturas institucionales, y no quitándole una coma o ningún énfasis a la severidad con la que hay que responder, también aquí hay una dimensión humana que está en desarrollo”, asegura el convencional del Colectivo Socialista.

¿Cuánto impacto tiene el caso de Rojas en la imagen de la Convención?

Tenemos un gran desafío como Convención, que ha puesto a sus órganos instituidos a trabajar con mucha responsabilidad, no solamente en mitigar los efectos del caso del convencional Rodrigo Rojas, sino también para pensar a corto, mediado y largo plazo mecanismos para que el sistema esté más preparado para resolver este tipo de cuestiones. Como mesa de la Convención hemos deliberado durante el día de ayer y hemos dicho a la opinión pública nuestro parecer institucional y nuestra preocupación ante este caso. La imagen se afecta, pero en términos para ver el vaso medio lleno, tenemos un desafío en torno a preparar el tema y, sobre todo, cuando estamos en medio de una discusión reglamentaria, a generar mecanismos preventivos y salidas institucionales.

¿Se ve afectada la Convención en términos de credibilidad o legitimidad?

La Convención tiene que tomar todos los resguardos... Este es el caso de un convencional, es una responsabilidad personal, pero también política. Es uno de los 155. La Convención sigue trabajando a toda máquina de acuerdo a su cronograma y no veo ningún obstáculo para que ese cronograma cambie. Efectivamente, aquí hay daño a la imagen, pero tenemos que trabajar ahora para reparar ese daño a través de respuestas institucionales contundentes, a través de todas las alternativas que proporcione el sistema, en lo interno y en su totalidad.

¿Qué significa “respuestas contundentes”?

Significa buscar todos los mecanismos que están disponibles, evaluar todas las posibilidades, incluso, y lo han dicho otros convencionales, la salida de Rodrigo Rojas de la Convención, pero eso no puede hacerse de manera arbitraria. Ante un caso tan complejo no se puede responder de manera arbitraria y solo para el caso particular. Las reglas justas tienen que ser aplicables para todos y todas.

Ayer dijo que no se podían tener reacciones “tibias” ante esa situación. Varios consideraron que la primera reacción de Elisa Loncón así lo fue. ¿Qué le pareció?

La presidenta tiene un lado humano que se pone en evidencia siempre y ella ha respondido desde ahí en el primer momento, pero también considerando que no se tenía toda la información del caso y aún hay algunas informaciones que probablemente falten, para poder responder adecuadamente, pero por eso también existe una mesa ampliada, la que delibera y decide ante casos complejos.

¿Por qué hubo reacciones diferentes entre los miembros de la mesa?

Porque la mesa es un espacio diverso al cual concurren distintas miradas, acerca de los distintos hechos que trascienden a lo que ocurre al interior de la Convención. Pero por eso también hay espacios institucionales de deliberación en los cuales se gestionan esas diferencias de buena fe y de la mejor manera para construir voces unitarias y respuestas institucionales a los hechos.

¿Ustedes han visto una fórmula para solucionar todos esos detalles técnicos de lo que podría significar una renuncia?

Sí, estamos ante un caso complejo. En primer lugar, hemos solicitado un informe jurídico que nos dé claridad acerca de los mecanismos disponibles y que se podrían construir, que son posibilidades que se están barajando, y con toda responsabilidad vamos a dar a conocer a la opinión pública cuando tengamos una conclusión más definitiva.

¿Cree que debería renunciar de facto? En el sentido de dejar de venir, por ejemplo.

Yo creo, más allá de las posturas institucionales, y no quitándole una coma o ningún énfasis a la severidad con la que hay que responder, también aquí hay una dimensión humana que está en desarrollo. Por eso se ha establecido un mecanismo de conversación institucional también, a través de una vicepresidencia, con el convencional Rodrigo Rojas, para preocuparse de los aspectos institucionales, pero también de aspectos personales, de la dimensión humana y de la dimensión de su salud física y mental. Eso es algo que no podemos desatender. Se trata de una persona que cometió un error, pero también una persona que requiere algún espacio de tiempo, acotado, para poder conversar con él y para poder también comunicarle el parecer de la mesa y darle espacio a ser oído.

Sobre una eventual renuncia, ayer Bassa decía que no se tenía que abrir la puerta a que los convencionales pudieran destituir a sus pares. ¿Comparte esa preocupación?

Por supuesto que comparto esa preocupación. Insisto: no se pueden generar vueltas arbitrarias y no podemos ser jueces y parte. Eso es lo principal en la erradicación de la arbitrariedad. Cualquier alternativa, incluyendo la salida del convencional Rojas, debe darse por esos cauces.

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