Están en las calles, en galerías oscuras y en oficinas del barrio alto. Los prestamistas irregulares se multiplican en Chile y sus clientes son quienes no pueden acceder a la banca, o ya están endeudados. Los créditos tardan minutos, pero la oferta es riesgosa: incluye intereses altísimos, cheques en blanco y otros amarres. Ninguna institución en Chile los vigila.
Estela López G. y Rodrigo Tapia // Ilustración: Alfredo Cáceres
8 feb 2018 07:00 PM