Review | Echo Dot: Conversando con mi amiga Alexa

El parlante inteligente de Amazon es una interesante propuesta que suma un gran componente de comunicación, pero gran parte de su encanto se encuentra detrás de una barrera de idioma.


Soy de esas personas que está fascinado por como funcionan y han evolucionado los asistentes virtuales. Desde hace cuatro años que tengo un Google Home en mi casa y lo cierto es que soy feliz de que escuche todo lo que digo a cambio de ofrecer un funcionamiento tan versátil.

Mi asistente de voz me sirve para colocar música, encender luces, preguntar por el clima, colocar alarmas mientras cocina, ver videos en YouTube en mi televisor y hasta para sumar puntajes cuando estamos al final de un juego de mesa.

Por supuesto, la principal barrera en un comienzo era el idioma: para que un asistente de voz funcione bien tiene que operar de la manera más natural y menos robótica posible y para eso se necesita mucho más que una traducción: la Inteligencia Artificial debe ser capaz de entender tus palabras en diferentes contextos y entregarte una respuesta lo más rápido posible.

Es por eso que las versiones locales tardan en llegar. El Google Home llegó de manera oficial a Chile recién el 2019 y este año fue el turno de Amazon y su asistente Alexa, gracias al arribo oficial del parlante inteligente Echo Dot.

Por lo mismo, mi interés en probarlo era alto. En una casa tomada por Google, ¿Cuál es el valor agregado que puede entregar Alexa? La respuesta: más de lo que esperaba.

Primero, vamos a lo más obvio del producto: su diseño. El Echo Dot que llegó a Chile es la Versión Internacional del producto, que en el papel corresponde a su cuarta versión. Su diseño es visualmente mucho más atractivo que la competencia en el rango de precio de entrada. Hablamos de un parlante con forma de esfera, complemente oscuro y complementado por una cinta de luz LED que se ilumina cuando Alexa te está escuchando, cuando recibe un mensaje o cuando está bloqueada.

En la parte superior hay cuatro botones físicos: uno para subir y bajar volumen, otro para hacer que Alexa te escuche y otro para apagar el micrófono en caso de que no quieras que reciba ninguna orden. De todas formas, no tienen retroiluminación por lo que usarlos de noche es bien difícil, aunque claro, la gracia es que todo lo puedas hacer con tu voz.

El sistema de sonido también es bastante grato. A pesar de lo que su forma puede indicar, el Echo Dot no tiene sonido en 360 grados, el parlante está colocado de forma inclinada permitiendo que el sonido vaya hacia el usuario. Esto, pensando en que la mayoría lo tendrá en una mesa de centro, un velador o el comedor. La calidad del sonido es clara y fuerte, aunque tampoco reemplaza a un equipo de música, pero si tiene fuerza suficiente como para animar una junta (cumpliendo las medidas sanitarias).

Ya, pero más que nunca en un producto como estos, lo que importa realmente es el interior. Y en el interior del Echo Dot habita Alexa, el sistema de asistencia inteligente de Amazon. Para configurarlo, simplemente debes descargar la app de Alexa a tu teléfono, tener una cuenta de Amazon activa y seguir los sencillos pasos como conectarlo a una red de WiFi y habilitar los servicios de música, Smart home u otros que tengas en tu casa.

Por supuesto que al ser un producto de Amazon, viene por defecto para funcionar con los servicios de su compañía, pero también cuenta con compatibilidad con cientos de otros servicios. En música los puedes conectar a tu Spotify, Apple Music, Deezer, Tidal o Vevo, pero también viene con una lista de decenas de aplicaciones de hardware como luces, interruptores, enchufes, cerraduras, sistemas de seguridad y más.

Allí ya estás listo para hacerle todas las preguntas y usos que puedas darle. La configuración del Echo Dot es bastante amigable y te da un vistazo por varias de las cosas que la asistente puede hacer por ti: las más comunes que harás será por supuesto pedirle alguna canción o playlist (, pero también preguntar por las noticias, definiciones de palabras, hacer sumas, colocar alarmas, encender o apagar luces, buscar algo en internet y más. Lo importante es que el sistema de reconocimiento de lenguaje para hacer tareas es bastante natural. Para colocar una alarma por ejemplo, Alexa puede entender si dicen “pon un alarma en 5 minutos”, “necesito un aviso en 5 minutos”, “En 5 minutos coloca una alarma” o “recuerdame algo en 5 minutos” y todas resultarán en lo mismo. Esto no es una característica exclusiva de este parlante, por cierto, pero es la base y la base funciona perfecta.

Pero a pesar de que la gracia del Echo Dot está en el parlante, gran parte de la experiencia que hace único a este producto está en su aplicación. La app de Alexa es bastante funcional, aunque se siente un tanto más pesada y desordenada que la de Google Home, por ejemplo, pero sí tiene muchas más cosas por buscar. Por ejemplo, una de las ventajas de Alexa sobre Google Assistant es la posibilidad de buscarle Skills, que son habilidades o funciones que se le agregan precisamente a través del celular.

Estas Skills van desde juegos de trivia, hasta la posibilidad de usar tu Echo Dot como una lámpara de escritorio, leer libros o incluso hacerlo compatible con otros dispositivos como una Xbox, tras lo cual puedes dar la orden de encenderla y apagarla a través del Echo Dot.

La app de Alexa hace muy bien la tarea de ir enseñándote que cosas puedes hacer e incluso te permite crear tus propias Skills, para crear preguntas y respuestas personalizadas a tu antojo. Siguiendo sencillos pasos a través del celular -es literalmente llenar un formulario- puedes hacer que Alexa responda lo que tu quieras cada vez que le dice un comando en particular, o bien, hacerla elegir entre opciones predeterminadas, e incluso hacer bromas y virales para luego subir a Tik Tok.

Ahora bien, una de las desventajas que posee el sistema de Skills en estos momentos es que la mayoría de las más interesantes están disponibles solo en inglés. Esto se debe precisamente a que la versión en español lleva menos tiempo en desarrollo y por lo mismo, la variedad de Skills en nuestro idioma es bastante más reducida. Por fortuna, Alexa puede configurarse para usarse en más de un idioma, así que si sabes inglés, no dudes en agregarlo.

Pero la razón que me terminó convenciendo de que el Echo Dot es un dispositivo suficientemente diferente al resto de los parlantes inteligentes es la capacidad que tiene como sistema de comunicación tanto en el hogar como con otras personas. A diferencia del Google Home que tiene varias de sus funciones de comunicación desactivadas, con Echo Dot puedes hacer llamadas por voz a otras personas de tu lista de contactos que cuenten con uno de estos parlantes.

No solo eso, puedes dejarles mensajes de voz como si fuera una grabadora y a ellos puedes acceder tanto desde el parlante como en tu celular por si quieres más privacidad. El sistema de llamadas también funciona bastante bien se siente hasta más natural conversar con alguien a través de un parlante que proyecta la voz a toda la pieza en lugar de usar el modo altavoz de un teléfono.

Y si estás en una casa con varios parlantes, puedes usar la opción de Drop-In para dejar mensajes de voz en los parlantes que sean parte de la misma red o incluso escribir algo que se proyecte en toda la casa a la vez, ideal para llamar a almorzar o cenar, en casas muy tecnologizadas.

Finalmente, y tras varias semanas de uso, debo decir que si bien la experiencia con Alexa no dista demasiado de otros parlantes inteligentes, lo cierto es que la versión que llegó a Chile es lo suficientemente madura como para funcionar muy bien acá. Finalmente la decisión sobre qué marca usar dependerá mucho del ecosistema que tengas en tu hogar.

Es decir, dependiendo de si ya tienes un Chromecast o un Fire TV en tu casa dependerá si tu parlante ideal tiende a ser más de Google que de Amazon. Pero si estás partiendo de cero, o bien, necesitas un parlante inteligente con una experiencia más personalizable, con funciones de comunicación tanto dentro como fuera del hogar y a un precio accesible, entonces el Echo Dot es una excelente puerta de entrada al mundo de las interminables conversaciones con inteligencias artificiales.

Eso, si terminas por quitarte el miedo de estar siendo escuchado todo el día.

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