Review | Uncharted, una aventura desabrida que no hace mucho para borrar el prejuicio contra las adaptaciones de videojuegos

La versión para la pantalla grande de la franquicia de Playstation tiene todo lo que esperas de una aventura en busca de un tesoro, pero no hace nada memorable en su búsqueda de la X en el mapa.


Desde hace décadas está instalado un prejuicio que advierte, casi siempre con certeza, que las películas basadas en videojuegos no son buenas. Aunque de todas formas existe un par que sale de esa norma, y cosas como la primera Mortal Kombat o Sonic son realmente excepciones a las que no es fácil defender así como así, es mucho más habitual toparse con bodrios o completas aberraciones que deberían ser enjuiciadas por sus crímenes de adaptación.

Uncharted, la más reciente película de esta línea, y que adapta a una de las franquicias más importantes de las consolas de la marca Playstation, no está cerca de las aberraciones, pero eso definitivamente no la convierte en una buena película.

Parte de ello se debe a un Tom Holland trabajando en piloto automático y otra parte tiene relación con las genéricas secuencias de acción recargadas de efectos digitales que se exceden y rara vez funcionan en esta historia que funciona como una precuela de los videojuegos y aborda la primera gran aventura de Nathan Drake.

También un grano de arena es aportado por los antagonistas sin brillo que forman parte de su historia y que representan una falla difícil de sortear, ya que precisamente una propuesta de aventuras alrededor del mundo - y en búsqueda de un tesoro - requiere de villanos llamativos. Y no es que siempre sean necesarios los nazis o los sacerdotes que saquen corazones con la mano, por nombrar a los ejemplos más memorables.

Pero aún con los puntos anteriores, el mayor descuido de Uncharted tiene relación con lo poco memorable de su travesía y los desabridos rincones que sus personajes deben recorrer en la búsqueda de un tesoro. Es ahí en donde está el principal yerro.

Lo anterior es realmente lamentable, ya que Uncharted, el videojuego, siempre fue considerada como una franquicia ideal para ser adaptada como una obra audiovisual para la pantalla grande. Pero aunque hay guiños a las secuencias de acción de los juegos, y otra para completar el cosplay de su protagonista, no hay mucho que realmente recupere a lo mejor de Uncharted: la travesía misma para dar con el tesoro y todos los obstáculos - y engaños - que hay que superar en el camino. Algo que rara vez es bien expuesto en esta nueva película.

Básicamente, el resultado final parece un refrito, un mero compendio de otras películas que realizan el trabajo de una forma mucho mejor y que son más ingeniosas a la hora de crear lo que más importa en una película como esta: que los escenarios y la propia ruta de deducción de pistas sea lo suficientemente llamativa como para que el hallazgo de la X al final del camino realmente sea fructífero.

Aunque Uncharted no es un completo bodrio pese a esas falencias, y puede funcionar como una simple película de matiné que entregue una aventura que se te olvida apenas sales del cine, inevitablemente solo queda remarcar que no cuenta con nada memorable que haga durar ese recuerdo. De hecho, es mucho más recomendable que vayan a su consola, desempolven algunos de sus videojuegos y aprovechen la interactividad para adentrarse a los lugares en donde la aventura de Nathan Drake realmente funciona.

Uncharted se estrena este jueves 17 de febrero en cines chilenos.

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