Argentina sumida en la incertidumbre

El revés que experimentó el Presidente Javier Milei con su “ley ómnibus” hace menos claro el camino de salida para que el país supere la severa crisis económica que arrastra.



El Presidente de Argentina, Javier Milei, ha experimentado su primer gran traspié, luego de que decidiera retirar de tramitación legislativa su proyecto estrella, conocido como “ley ómnibus” -un voluminosos conjunto de reformas que no solo se limitan a introducir drásticos cambios en el sistema económico, sino que abarcan los más diversos ámbitos del país-, al ser evidente que los apoyos políticos no estaban para ello, considerando que La Libertad Avanza -la coalición del Mandatario- está en minoría, y las alianzas que ha tejido con grupos afines, como el PRO, tampoco alcanzan para conformar mayoría.

Esta derrota se produjo a pesar de que el gobierno había hecho importantes cesiones con el fin de facilitar su aprobación. De los más de 600 artículos que contemplaba la ley ómnibus -cuyo título oficial es “Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos”-, el proyecto había quedado en poco más de 300, y capítulos fuertemente resistidos, como la reforma fiscal, fueron retirados para ser tratados aparte. El gobierno también había consentido limitar su solicitud para que el Congreso delegue en el Presidente facultades legislativas extraordinarias en una serie de ámbitos. En un principio, la fórmula parecía estar dando resultados, pues la Cámara de Diputados había aprobado el proyecto en general, pero en la votación particular quedó claro que los votos no estarían.

Apenas se retiró el proyecto de ley, Milei arremetió diciendo que “la casta se puso en contra de los cambios que los argentinos votamos en las urnas”, aflorando además fuertes tensiones con parte importante de los gobernadores, con quienes Milei ha entrado en abierta disputa producto de que exigen mayor participación en la recaudación de impuestos federales.

A partir de esta derrota, no es claro cuál será el próximo paso que tomará Milei. El gobierno no ha descartado la opción de convocar a un plebiscito con el fin de consultar a la ciudadanía, cuyo resultado si bien no es vinculante, podría poner presión sobre los sectores opositores, aunque también está la posibilidad de que lo pierda y en ese caso el desgaste de Milei se acelere. Otra alternativa es ir tratando los distintos aspectos a través de proyectos de ley particulares y simplificados.

Lo cierto es que este revés profundiza la incertidumbre en que se encuentra sumida Argentina, porque hace aún menos claro el camino de salida para la severa crisis económica que arrastra. Si bien el gobierno ya ha decretado la emergencia económica, devaluó el peso y puso en marcha un severo ajuste fiscal -que apunta a un déficit global cero-, la economía necesita en forma indispensable reformas estructurales, buena parte de las cuales estaban contenidas en dicho proyecto de ley. Con una de las mayores inflaciones a nivel mundial, un crecimiento que este año será negativo -el FMI lo cifra en -2,8%, pero otras estimaciones privadas prevén una caída superior al 4%-, tasas de pobreza sobre el 40%, y una alarmante pérdida de reservas, el país está contra el tiempo. En un escenario así, tanto la actitud de confrontación de Milei, como la negativa de plano del kirchnerismo a la propuesta del gobierno, anticipan las severas dificultades que se enfrentarán para alcanzar un acuerdo.

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