SEÑOR DIRECTOR:
Es hora de tomarse en serio la reconstrucción de las ciudades afectadas por incendios, como se hizo con los sismos y los sistemas de evacuación de tsunamis, donde se crearon instituciones, se modificaron leyes y se habilitaron sistemas de comunicación que hoy son parte de la cultura de riesgo de las comunidades.
En los incendios estamos en pañales, pese a su enorme poder destructivo. Cuatro medidas debemos tomar para afrontar esta amenaza. La primera es construir nuevas bases con brigadistas de Conaf en zonas urbanas expuestas al fuego, con áreas de entrenamiento y espacio para vehículos como se hizo en Duqueco. En segundo lugar, debemos crear una división especializada en el Ejército para el control de incendios, tomando el modelo de la Unidad Militar de Emergencia (UME) de España, que puede complementarse con un cuerpo militar del trabajo reforzado con más personal y maquinaria. Lo tercero es contar con un stock permanente de viviendas de emergencia y servicios modulares de atención a damnificados, como consultorios, albergues y escuelas que pueden almacenarse en los regimientos de las UME.
Pero otro frente prioritario son las rutas de evacuación. En Viña del Mar y Quilpué, decenas de personas murieron intentando escapar por calles inadecuadas, lo que también impidió llegar a tiempo con carros bombas. Necesitamos construir “caminos del agua” que ayuden a evacuar y controlar el fuego, especialmente en cerros o barrios rodeados de bosques.
Estas cuatro medidas pueden comenzar a implementarse desde ahora, de forma paralela a las tareas de reconstrucción en Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana, donde es necesario apurar la marcha considerablemente.
Iván Poduje
Director Atisba
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