Chile-China: un desafío de política exterior



SEÑOR DIRECTOR:

La próxima visita del Presidente Gabriel Boric a China se sumará a las realizadas con anterioridad por otros mandatarios nacionales, pero, a diferencia de ellas, será bajo un sistema internacional en pleno proceso de ajuste y con China aplicando y desarrollando su propio camino de “resignificación” internacional.

En este contexto, difundido por diferentes medios de comunicación, el viaje estará bajo una premisa consolidada: China es ahora un actor global. Efectivamente, conocidas han sido las advertencias realizadas por el embajador de China en Chile, Niu Qingbao, en la antesala del viaje oficial. Entre estas, quizás la más importante y significativa es la relacionada con los derechos humanos. Para China esta es una cuestión clave y en permanente tensión en la sociedad internacional. En este sentido, existe un trabajo que puede ser referenciado hasta 1991, con el primer Libro Blanco en esta materia, titulado “Derechos Humanos”. Estos documentos (que se cuentan a lo menos 13), sin embargo, se han centrado en los derechos humanos como un aspecto de desarrollo y bienestar del pueblo chino, entendido este como una sola unidad. Desde esta perspectiva, para los chinos, la Constitución de 1982 estipuló (con ajustes en 2004 y 2018) que lo central es que “todas las personas (en China) disfrutan de una amplia gama de derechos, incluidos los derechos personales, el derecho a la dignidad, los derechos de propiedad, los derechos políticos y los derechos económicos y sociales y derechos culturales”.

Desde esta perspectiva, respaldado en los informes sobre Derechos Humanos emanados desde distintas instituciones internacionales, este viaje se podría llegar a enmarcar en una tensión compleja para la Política Exterior de Chile en sus relaciones bilaterales.

Rodrigo Álvarez Valdés

Analista Internacional, Universidad Mayor

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