SEÑOR DIRECTOR:
Nadie pone en duda que Chile enfrenta problemas de crecimiento. De hecho, este es un desafío que se remonta desde principios de los años 2000, reflejado en fuertes caídas de la productividad. Desde entonces que se instaló el debate respecto de que nuestro país estaba enfrentándose con la trampa de los ingresos medios, habiendo diversos diagnósticos y propuestas de solución, pero falta de acción.
Este fenómeno se refiere a un problema que afecta a una serie de países de ingreso medio que, cuando pasan cierto umbral de crecimiento económico, ya no logran sostener las mismas tasas de crecimiento en el tiempo. El Banco Mundial identifica entre sus principales causas el alza en los costos de la mano de obra, el agotamiento de la base de recursos naturales y límites de las instituciones existentes. A ellas se pueden sumar otras causas particulares a cada país, donde Chile no ha estado exento.
Luego, abordar este problema es una tarea compleja de carácter multidimensional. Parte de la solución requiere encontrar nuevas fuentes de crecimiento, que impulsen un dinamismo exportador y de sofisticación productiva. En este sentido, el desafío global de descarbonizar el planeta junto a las ventajas que posee Chile en términos de abundancia de recursos energéticos para generar la energía solar y eólica y de minerales críticos como cobre y litio, todos insumos esenciales para la transición energética, son una gran oportunidad para impulsar una estrategia de exportaciones de bienes y servicios con atributos de sostenibilidad. Al mismo tiempo, el cuidado de los ecosistemas y tener una buena relación con las comunidades son partes clave de dichos atributos y, por lo tanto, esenciales en dicha ecuación.
Es fundamental que, independiente del gobierno de turno, asumamos este desafío a nivel país y avancemos, por fin, hacia un desarrollo verdaderamente sostenible.
Annie Dufey
Directora de Espacio Público y socia de Karungen
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.