Columna de Arturo Brandt: Cambio climático y crecimiento económico



En un escenario de crisis climática que nos encontramos, han surgido en los últimos meses algunas voces que plantean abiertamente “el decrecimiento” como una solución a este gran desafío.

Aquellos que sostienen esta teoría, están en mi opinión equivocados, ya que promover el decrecimiento, va en contra de la naturaleza humana y al mismo tiempo, es poco realista.

El hombre siempre quiere crecer, desarrollarse, poder acceder a bienes y servicios, lo que no es contraproducente. Por ejemplo, no me imagino la idea de promover el menor consumo como una fórmula eficiente para combatir el cambio climático. Tampoco imagino la proliferación de esta idea en países en desarrollo que precisamente necesitan crecer y salir de la pobreza con el fin de que su población acceda a bienes y servicios básicos. La gente no va a cambiar su estilo de vida sustancialmente para solucionar el cambio climático.

Por el contrario, lo que sí necesitamos, es generar las condiciones habilitantes para una nueva revolución industrial que permita alcanzar niveles de desarrollo esperables, como también, continuar creciendo y satisfacer las necesidades básicas de todos.

Si bien la industrialización podría ser una de las causas de la crisis climática, la solución no pasa por reversarla o “decrecer” para enviar al mundo a la pobreza nuevamente.

Por otra parte, el aumento de la demanda por energía continuará especialmente en los países en desarrollo ya que ellos necesitan seguir creciendo. En consecuencia, en vez de frenar dicho crecimiento para disminuir el consumo energético, debemos crear las condiciones para contar con más energías sin emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y fomentar decididamente la eficiencia energética que soporte este crecimiento.

En esta línea, es necesario consignar que en nuestro país un 85% del PIB es generado por el sector privado y es allí precisamente donde se debe apuntar para alcanzar el crecimiento, pues no debemos olvidar que el sector privado continuará invirtiendo en soluciones tecnológicas que fomenten el desarrollo, en la medida que tenga reglas claras y transparentes por parte de la autoridad.

Del mismo modo, es necesario consignar que si bien el consumo indiscriminado de bienes y servicios ha generado consecuencias no deseadas, la solución no pasa por frenar el crecimiento, sino que hacerlo más sostenible. Ya es sabido que en países desarrollados existen ejemplos de desarrollo continuo con desacople de emisiones de gases de efecto invernadero.

En definitiva, no asociemos al crecimiento económico como un problema. Al contrario, la invitación es a mirarlo como un aliado en la lucha climática que cree la riqueza para contribuir a mitigar los efectos del cambio climático y la innovación tecnológica necesaria para combatir sus causas.

Esto último es especialmente efectivo en países pobres donde la inversión extranjera, el libre comercio, las reformas orientadas al mercado y una regulación habilitante, serán herramientas más efectivas para el progreso de aquellos Estados por sobre la lógica de soluciones basadas en la dádiva externa.

Arturo Brandt Rivas, abogado, consultor en cambio climático, profesor adjunto Vermont Law and Graduate School de Estados Unidos.

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