Columna de Daniel Matamala: ¿Cuántos niños son suficientes?



El proverbio dice que se necesita todo un pueblo para criar a un niño. Es la comunidad completa la que colabora para educar y proteger a sus miembros más vulnerables. Pero, ¿qué pasa cuando esos niños son masacrados una y otra vez? ¿Cuánta sangre debe correr para que ese pueblo despierte?

¿Cuántos niños muertos son suficientes?

Hoy, los padres de 19 niños en la localidad de Uvalde, Texas, lloran a sus hijos, de entre 7 y 11 años de edad, asesinados en la última de las ya cotidianas masacres de Estados Unidos. Esta vez, un adolescente llamado Salvador Ramos celebró su cumpleaños número 18 comprando dos fusiles semiautomáticos AR-15 y 375 balas en la tienda Oasis Outback. Si hubiera querido comprar una cerveza, se la habrían negado por no tener la edad suficiente. Para los fusiles, en cambio, no hay obstáculo alguno. Cuando un periodista de El País visitó la tienda, pocos días después de la masacre, los fusiles seguían a la venta. “Son versátiles, muy fiables y precisos. Son de los que más nos piden”, recomendaba entusiastamente el vendedor.

La sangre derramada de 19 niños en Texas tampoco cambió los planes de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), que este fin de semana celebra su conferencia anual en Houston, en el mismo estado de Texas. Una festividad que incluye las últimas novedades del mercado y los discursos del expresidente Trump y otros entusiastas políticos cuyas campañas son financiadas por la organización.

¿Cuántos niños muertos son suficientes?

Los 12 estudiantes asesinados en su colegio en Columbine, en 1999, no fueron suficientes. La NRA culpó a la música de haber provocado la violencia. Un grupo rock, del que los atacantes supuestamente eran fans, debió cancelar sus conciertos. Los vendedores de armas, en cambio, no vieron perturbado su negocio.

Cinco años después de Columbine, el lobby de la NRA logró uno de sus grandes éxitos: levantar las restricciones sobre las armas de asalto más letales. Desde entonces, las masacres se han vuelto aun más comunes y fatales: 32 muertos en el campus de Virginia Tech en 2007; 49 muertos en un club gay de Orlando en 2016; 60 muertos y 867 heridos en un concierto en Las Vegas en 2017; 23 muertos en un Walmart en El Paso en 2019; 10 muertos en un supermercado de Buffalo hace sólo unos días, etcétera.

Todas estas matanzas han sido perpetradas con las armas semiautomáticas legalizadas gracias a la NRA. Tanto en Buffalo como en Uvalde, los atacantes eran adolescentes de 18 años armados con los letales rifles AR-15 que se venden libremente en supermercados, malls y ferias.

¿Cuántos niños muertos son suficientes?

Los 27 niños de 6 y 7 años de edad asesinados en su escuela en Sandy Hook, en 2012, no fueron suficientes. La NRA culpó a los videojuegos, y se opuso a una ley para restringir la venta de armas semiautomáticas: esta fue frenada en el Senado.

En sus discursos de este fin de semana en Houston, los políticos reiteraron su compromiso con el “derecho” a armarse y ofrecieron todo tipo de explicaciones: la salud mental, el alejamiento de los valores tradicionales y la decadencia cultural tienen la culpa de los tiroteos. La solución: ¡más armas! Entregar fusiles a los profesores para que se enfrenten a tiros con el próximo atacante. El líder de la NRA, Wayne LaPierre, culpó al “mal” de la masacre. Y luego se encogió de hombros: “no se puede legislar contra el mal”.

La senadora Joni Ernst, que ha recibido 3.124.773 dólares de la NRA, calificó lo ocurrido como “un horrendo acto del mal”. El senador por Texas Ted Cruz (176.000 dólares de la NRA) culpó a las “élites liberales” y a los “medios” por “tratar de restringir los derechos constitucionales de ciudadanos respetuosos de la ley”. Y el senador Tommy Tuberville (sólo 10 mil dólares) adelantó lo que viene: “Lamento lo que pasó. Pero las armas no son el problema, ¿Ok? Las personas son el problema. Hemos tenido armas siempre, y seguiremos teniendo armas”.

Estados Unidos tiene 120 armas por cada 100 personas, un récord mundial en la tenencia entre civiles (Canadá tiene 34, Alemania 19 y Japón, 0,3). Y su índice de

homicidios con armas de fuego es, por lejos, el mayor entre los países desarrollados (41 por millón de habitantes, contra 5 de Canadá, 1 de Alemania y 0,2 de Japón).

¿Cuántos niños muertos son suficientes?

Los 17 estudiantes asesinados en su colegio en Parkland, en 2018, no fueron suficientes. El gobierno se limitó a formar una comisión sobre seguridad en las escuelas. “La consecuencia más concreta” de esa comisión, recuerda el New York Times, “fue revertir las políticas escolares que intentaban asegurar que niños pertenecientes a las minorías no fueran injustamente castigados”.

Parte importante del problema es la extendida cultura de las armas, claro está. Pero la mayoría de los estadounidenses apoya leyes más estrictas. Esta semana, la encuesta Politico / Morning Consult mostró que el 67% respalda la prohibición de las armas de asalto, y entre 77% y 88% apoyan otras propuestas para endurecer los requisitos de venta y tenencia de armas.

Sin embargo, estas leyes llevan años o décadas frenadas en el Senado, donde las reglas permiten a una minoría (41 de los 100 senadores) bloquear cualquier proyecto. 19 de ellos han recibido más de 1 millón de dólares en donaciones de la NRA. Sólo en la temporada electoral de 2020, la NRA y otros grupos del lobby armamentista invirtieron más de 30 millones de dólares para asegurar la lealtad de candidatos a la presidencia, el Congreso y los gobiernos estatales y locales.

El sistema político está fosilizado, capturado entre una sociedad polarizada, el lobby y el dinero, y es incapaz de responder a la obligación más básica de una comunidad: proteger a sus niños.

¿Cuántos niños muertos son suficientes? Al menos hasta ahora, los 19 niños masacrados en su colegio de Uvalde, tampoco son suficientes.

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