Columna de Daniela Lagos: Scenes from a marriage: disectando el amor

Aunque a ratos pueda ser una serie difícil de mirar, por lo íntima e incómoda, sin duda vale la pena darle más que una oportunidad. La dupla actoral se luce en un guión que es sin duda ambicioso, tratando de analizar qué es lo que hace y deshace a una pareja y de hablar en serio sobre cómo una relación se desarma.



En 1973, la tasa de divorcio en Suecia era del 2% de los matrimonios. Un año después esa cifra creció al 3,3% y parte de la “culpa” respecto a esta alza fue asignada a Ingmar Bergman y la miniserie Scenes from a marriage, que él había escrito, dirigido y estrenado en la televisión de su país.

Esta producción, una mirada personal del realizador sobre las relaciones de pareja, sin duda se volvió para muchos un ensayo y un reflejo de lo que era la vida multiplicada por dos.

Hoy han pasado 38 años desde ese estreno, pero sin duda el deseo de escribir sobre una relación, que quizás puede representar a muchas otras, no se ha ido. Casi cuatro décadas después, este título e idea general vuelve a la pantalla chica, a HBO, en un nuevo intento de hablar sobre las relaciones -ahora del siglo XXI-, la vida en pareja y la intimidad. Lo que se dice y lo que no.

El israelita Hagai Levi (The affair) es quien dirige cada uno de los cinco episodios, además de escribir o coescribir todos los guiones. Junto con él, armando la base de este drama, están los protagonistas, Jessica Chastain y Oscar Isaac.

Ellos interpretan a Mira y Jonathan, una exitosa empresaria del mundo tecnológico y un profesor de filosofía, que al inicio de la historia están cerca de los 40 años, llevan más de una década juntos, tienen una hija y una relación que parece estable, aunque no necesariamente llena de alegría, complicidad o pasión.

Con dos episodios estrenados, Scenes from a marriage (Secretos de un matrimonio) justamente se centra en escenas y lo hace de forma jugada y pesada: no son momentitos que pasan a saltos o peleas que empiezan y terminan en dos minutos con un portazo. Aquí la invitación es a mirar una relación en sus momentos más íntimos y complejos y a quedarse ahí por un rato largo y muchas veces incómodo.

En esas escenas extensas, el guión y los actores no solo descansan en las palabras, sino que apuestan también por los detalles; por las miradas incómodas, los susurros dichos a la pasada, los gestos.

Y aunque a ratos pueda ser una serie difícil de mirar, por lo íntima e incómoda, sin duda vale la pena darle más que una oportunidad. La dupla actoral se luce en un guión que es sin duda ambicioso, tratando de analizar qué es lo que hace y deshace a una pareja y de hablar en serio sobre cómo una relación se desarma.

Y si bien probablemente en el 2021 no habrá una gran alza en los divorcios tras este estreno, de seguro sí será una producción resonante, por su apuesta de dejar las superficialidades atrás y adentrarse en el tan complejo mundo de las relaciones adultas.

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